miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sigue la saga sobre el sistema educativo


Aquellos que hayan leído alguno de mis ensayos sobre la educación se habrán dado cuenta que la bronca que traigo con Rosana va más allá de una simple lucha de poder y que en realidad son dos visiones radicalmente distintas de lo que es la educación las que se están enfrentando. Su posición de ella es la tradicional; la del sistema burocrático, centralista, autoritario y jerarquizado en el que ella y solo ella toma las decisiones y las impone sobre todos los demás, y en la que su visión es la única válida y excluyente de todas las demás. Esta posición es de hecho la “normal” u oficial; es la del sistema educativo. Al luchar yo contra ella estoy luchando contra el sistema educativo, que es un dinosaurio fosilizado y anacrónico que se niega a cambiar, y que aparentemente se va a negar a cambiar hasta que llegue un momento en que se caiga por su propio peso.

El sistema educativo que yo propongo está más adecuado al futuro que se nos viene, pero no voy a hablar en este momento sobre ese sistema; ya he hablado bastante en esos ensayos precisamente. El asunto es que cada vez que escribo un ensayo yo creo que ya es el final de la historia, pero resulta que la burocracia es como una hidra de múltiples cabezas que cuando se le corta una en seguida se le aparece otra, y de nuevo vuelve a la carga y después de unos cuantos meses tengo que escribir otro ensayo para volverla a poner en su lugar. Así una y otra vez, hasta que parece la historia de nunca acabar. Desde este punto de vista mi confrontación con Rosana resulta ser un vehículo perfecto para poder expresar mis ideas sobre la educación y ella ha estado que ni mandada a hacer para ejemplificar las peores lacras del sistema educativo.

El caso es que el más reciente capítulo pero ciertamente no el último, porque al parecer esto apenas está comenzando, es la siguiente misiva que le mandé a todos mis compañeros docentes del área de inglés, incluyendo a Rosana y al director general de la UPN. El escrito levantó olas, aunque no todas fueron en la dirección que yo esperaba. Realmente es sorprendente las vueltas que da la realidad. Ya les platicaré en otro momento como estuvo. Si leen esta misiva pónganse en el lugar de Rosana y traten de pensar cómo reaccionarían.

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Hola Compañeros,

He estado siguiendo la última ronda de comentarios que hemos intercambiado y a mí me parece que deberíamos de tomar la costumbre de intercambiar comentarios más seguido. Es tan poca la interacción que tenemos entre todos los docentes y tantos los asuntos que nos conciernen que el hecho de que nos veamos las caras durante cuatro o cinco horas en una reunión una vez al semestre no es suficiente para tratar a fondo todos los temas que nos interesan. Por lo general en esas reuniones después de cuatro o cinco horas ya estamos todos cansados y los últimos temas ya los vemos nada más de paso. Y algunos de esos temas los podríamos abordar de antemano por medio de ese magnífico instrumento de comunicación que es el Internet. Podríamos hasta tener un foro nuestro, exclusivo para los docentes de Inglés, en el que fuéramos comentando y preparando los temas que vamos a tratar en la reunión. Sobre algunos temas tenemos posiciones muy encontradas y puntos de vista radicalmente distintos, y si intercambiamos algunas de nuestras opiniones previamente ya sabremos lo que tenemos que discutir exactamente en la reunión. Ese foro también podría servir para intercambiar material de apoyo que cada uno de nosotros quiera compartir con los demás.

Y leyendo los últimos comentarios me quedé con la idea de que realmente tengo algo que decir al respecto y compartirlo con todos ustedes.

Hace un mes escribí un reporte del curso que acaba de terminar y se lo mandé a Gladis para que lo leyera. En ese reporte hago una evaluación del método que he estado utilizando y también menciono que para tener más opciones y variedad en la clase se necesita contar con la mayor cantidad de material de apoyo posible. Ese material de apoyo no necesita ser libros caros de editoriales que por lo general están hechos para otros contextos y que definitivamente no funcionan en el contexto de la sede donde yo trabajo, pero sí pueden ser los ejercicios que cada uno de nosotros utiliza en sus propias clases y que lo único que tenemos que hacer es compartirlos con todos los demás. Voy a citar textualmente:

Una de las cosas que me he cansado de insistir es que creo que todos los docentes que trabajamos en el área de inglés en la UPN deberíamos de tener más comunicación e intercambio de ese material de apoyo. Cada maestro tiene ejercicios, técnicas y material que utiliza en sus clases, pero desconocemos por completo esos ejercicios, técnicas y material que utiliza cada uno de los demás docentes. Somos como islas completamente aislados unos de los otros, sin la menor comunicación o preocupación por conocer la manera como cada uno de los demás docentes da su clase. Creo que podríamos aprender mucho de la experiencia de los demás docentes, pero para que pueda haber esa comunicación y ese intercambio de información se necesita que precisamente alguien lo coordine, y creo yo que esa es o debería de ser una de las funciones de la Coordinación.”

Esto mismo que le escribí a Gladis ya se lo había comunicado en diversas ocasiones a la anterior administración, pero nunca se me hizo el menor caso; al parecer la coordinación del intercambio del material de apoyo nunca fue una de sus prioridades. Sí recuerdo que en una ocasión, Jaime Emilio, elaboraste un par de antologías que se veían bastante atractivas, y en los dos o tres minutos que le dedicamos a examinarlas en una de aquellas reuniones me quedé con la impresión de que había ahí suficiente buen material que podría yo llegar a incorporar en mis clases. Lamentablemente ese material nunca llegó a donde tenía que haber llegado, o sea, a las manos de todos nosotros. Dónde quedaron esas antologías, es un misterio; posiblemente estén enterradas en el fondo de un archivero en la antigua Coordinación. Supongo que la Coordinadora de aquel entonces no ha de haber considerado que ese material valía la pena compartirlo con todos los demás docentes. En aquel entonces la Coordinación parecía un agujero negro en el que cualquier material, idea o propuesta que se le hiciera, una vez que entraba ya nunca salía.

En cualquier caso, le mandé el reporte a Gladis hace un mes, y ella fue rápida para atender la problemática que le planteaba. Quizás demasiado rápida, y es posible que el querer que la próxima reunión girara exclusivamente en torno al intercambio y análisis de material de apoyo fuera demasiado, siendo que hay otros asuntos que también necesitan de nuestra atención. Pero el punto aquí es que Gladis percibió una necesidad que yo le planteo, y está respondiendo de acuerdo; algo que nunca sucedió en la anterior administración. Y para mí esa cualidad de escuchar y atender las demandas legítimas que se le hacen es la principal cualidad que debe de tener una Coordinación. Ya lo he dicho en otro contexto:

La principal cualidad que yo veo en un líder es la de saber escuchar. La de estar atento a las necesidades de sus subordinados y trabajar en colaboración con ellos para encontrar las mejores soluciones o cursos de acción. Un buen líder trabaja en equipo con su gente, y no trata de imponerse ni controlar o manipular a los demás, y reconoce que él no tiene quizás la solución a los problemas y por eso necesita de la ayuda y participación de todos.”

Es cierto que Gladis no tiene la experiencia del puesto, pero nadie tiene la experiencia la primera vez que ocupa un puesto, y en cualquier caso la experiencia es un factor muy secundario para determinar el desempeño de una persona. Hay otras cualidades mucho más importantes, y saber escuchar y saber trabajar con los demás integrantes del equipo es una de las más importantes.
Y todo esto lo digo a raíz de los comentarios que hace Rosana en la última de sus misivas, en la que nos comunica que reconoce que se equivocó con ella al proponerla, que Gladis no ha asumido su papel como Coordinadora y que le quedó grande el paquete.

Y a mí me parece que esos comentarios son demasiado injustos, por varias razones. 
 
En primer lugar, un año es demasiado poco tiempo para juzgar el desempeño de una administración, y más aún cuando se tiene que lidiar con tantos lastres de una anterior administración. Todo gobierno o administración necesita de tiempo para romper con los sistemas fosilizados de poder que insisten en perpetuarse y para poder echar en marcha sus propios proyectos.

En segundo lugar, definitivamente no comulgo con los criterios que tienes para juzgar el desempeño de las personas. A mí me parece que estás juzgando el desempeño de Gladis como coordinadora con el mismo criterio con el que tanto tiempo me juzgaste a mí como maestro. Para ti, Rosana, un maestro es bueno o malo, y un coordinador es bueno o malo, única y exclusivamente en la medida en la que uno hace las cosas como tu esperas que se hagan. Para ti, Rosana, solo hay una manera de hacer las cosas, que es la tuya, y ay de aquel que tenga ideas propias o que muestre un espíritu de cambio, porque se las va a tener que ver contigo. Pero así como te equivocaste al juzgarme a mí como maestro, también te estás equivocando al juzgar a Gladis como coordinadora. Gladis tiene todo el potencial y la disposición para hacer un buen papel en la Coordinación de Inglés, si tan solo se le da el espacio suficiente para maniobrar y si se deja de insistir en que se sujete a los esquemas anacrónicos y anquilosados de la anterior administración.

Y finalmente, a mi me parece que es absurdo e incongruente escuchar cómo te quejas del desempeño de Gladis cuando tu propia administración, Rosana, estuvo lejos de ser perfecta. Ya en varias ocasiones, en todos y cada uno de los ensayos que he escrito hasta ahora, he señalado algunas de las muchas ineficiencias que plagaron tu administración, ineficiencias relacionadas principalmente, aunque no exclusivamente, con el carácter autocrático, centralista, unilateral, impositivo y antidemocrático que fue el sello distintivo de tu coordinación, en el que muy poco espacio había para el auténtico diálogo o debate, y en el que tan poca importancia se le daba a atender la problemática y las necesidades reales que cada uno de nosotros encontraba en su propia sede. Tu coordinación estuvo completamente divorciada de la realidad, Rosana, por lo menos de la realidad cotidiana de mis alumnos en la sede Tenango de Doria, y cualquier idea, reflexión, propuesta o sugerencia que te haya llegado a hacer para que te dieras cuenta de esa realidad fue sistemáticamente ignorada o perseguida. Pero como te lo dije en alguna ocasión, un coordinador que no solo no escucha sino que no tolera las opiniones válidas y las críticas legítimas que se le hacen no tiene nada que estar haciendo al frente de una coordinación.

Y es por eso que cuando leo la manera tan precipitada, tan injusta, tan arrogante y tan despreocupada con la que descalificas a Gladis delante de todos nosotros, no puedo evitar pensar que realmente no hemos avanzado nada, y seguimos en las mismas. Sigues considerando a la Coordinación de Inglés como si fuera tu propiedad privada, y sigues creyendo que a ti te corresponde calificar y descalificar a los demás integrantes del equipo.

Yo por mi parte estoy dispuesto a apoyar a Gladis en la creación de una Coordinación que realmente nos represente a todos y que no corresponda únicamente a la visión estrecha, miope y limitada de una sola persona. Porque la Coordinación de Inglés la hacemos todos, TODOS somos la Coordinación de Inglés, y a todos nos corresponde trabajar en equipo para sacar esta Coordinación adelante.

Elaborado por David Cañedo Escárcega
Agosto 04, 2011
 

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