La educación y el mundo en que vivimos
1. Las voces que nadie escucha.
“No pretendo en este pequeño ensayo exponer ni mucho menos resolver la totalidad de la problemática educativa en el campo mexicano o en la provincia que me concierne que es Tenango de Doria, sino solo dar unos lineamientos generales y llamar la atención sobre algunos de los problemas más acuciantes.
El aislamiento en que se ha mantenido la región provoca que la oferta educativa a nivel medio superior sea sumamente escasa y relativamente reciente, como es el caso del Colegio de Bachilleres que tiene apenas 22 años de haber sido fundado. Anteriormente no había la menor opción en toda la región para seguir estudiando después de la secundaria. Actualmente la única opción en la zona para seguir estudiando después de Bachillerato es la Universidad Pedagógica Nacional, y las personas que quieran estudiar alguna otra carrera tienen que emigrar a alguna de las ciudades del altiplano y tener los medios para mantenerse estando allá. Para muchos jóvenes la única opción es trabajar uno o dos años en el Conafe para así obtener alguna beca que les permita seguir estudiando.
Pero el problema no es sólo la falta de opciones, sino sobre todo la poca importancia que se le da y se le ha dado tradicionalmente a la educación en la región. Se arrastran unos rezagos culturales ancestrales que se reflejan entre otras cosas en la apatía y desinterés hacia el estudio y en los alarmantes niveles de deserción escolar que se ven en todos los niveles educativos, desde la primaria hasta la educación superior. No es exageración decir que quizás solo una de cada diez personas que inician la primaria termina el bachillerato. Tan sólo en el Cobaeh sede Tenango de Doria hay grupos que en primer semestre cuentan con 40 o 45 personas y al terminar el sexto semestre solo quedan 20. La gente deserta de la escuela por muchas razones. Algunas son por cuestiones económicas; otras son por apatía o desinterés, o porque “no les entra el estudio”; otros porque se van al norte; algunos más porque empiezan a reprobar materias y arrastrarlas y llega un momento en que ya no saben qué hacer al respecto y prefieren desertar; también hay casos de chicas quinceañeras en bachillerato que quedan embarazadas y por eso dejan sus estudios, etcétera. Razones no faltan.
Eso es en cuanto a la deserción escolar. En cuanto al nivel de estudios, se encuentra por los suelos. Tampoco es exageración decir que un muchacho que termina la secundaria en esta región está a nivel de uno que termina la primaria en la ciudad de México, y alguien que termina el bachillerato en la región está a nivel de algún muchacho que termina su secundaria en el altiplano. Quizás esto explica porqué de entre todos los jóvenes que al terminar su bachillerato presentan el examen de admisión para entrar a alguna de las universidades públicas en Pachuca, como la UAH, o en México, como el Politécnico o la UNAM, son tan pocos los que lo pasan. Quizás también explica el ridículamente bajo acervo cultural que muestran incluso estudiantes universitarios, como muchos de los que estudian en la UPN, y que ignoran cuestiones elementales de historia o geografía universal y muestran muy poco interés en aprenderlas, o los enormes errores en ortografía y sintaxis que exhiben esos mismos estudiantes en sus tesis profesionales para graduarse de la escuela.
El problema no está sólo en los muchachos, por supuesto, sino en todo el sistema educativo que desde la primaria fomenta la apatía y el desinterés y la pérdida de clases efectivas con cualquier motivo o pretexto...”
Ésta es una cita textual de un ensayo que escribí sobre la problemática educativa en Tenango de Doria y en el campo mexicano hace un par de años (1), y desde entonces las cosas siguen siendo básicamente las mismas. La problemática educativa no se ha resuelto ni se ha ido a ningún lado. En esta ocasión quise incluir la opinión de mis alumnos. Los alumnos suelen ser los actores más olvidados a la hora de tomar las decisiones que rigen las políticas que se imponen a todo lo largo y ancho del sistema educativo nacional. Se les ve y se les trata como sujetos pasivos que acuden al aula a recibir los conocimientos que uno les imparte cuando en realidad son agentes activos y partícipes en su propia educación. Esto es, por supuesto, particularmente cierto a nivel universitario. En una universidad los alumnos ya son adultos jóvenes que tienen criterio propio y se dan cuenta de la naturaleza de las cosas, y tienen opiniones perfectamente válidas sobre la calidad de la educación que se les imparte. Y sin embargo sus voces suelen ser completamente ignoradas, y si en algún momento se les llega a pedir su opinión sobre algún asunto, por lo general es solo para poder cuantificar esas opiniones en alguna estadística.
Para tratar de comprender la problemática de la enseñanza del idioma inglés en la región Tenango de Doria les pedí a mis alumnos que elaboraran un ensayo sobre lo que ha sido su experiencia personal con el aprendizaje de idiomas a lo largo de todos los años que han pasado por el sistema educativo. A pesar de haber llevado el idioma inglés como asignatura durante tres años de secundaria y tres de bachillerato, al ingresar a la UPN su conocimiento del inglés es básicamente nulo, y hay que empezar a trabajar con ellos prácticamente desde el principio. ¿A qué se debe esta situación? Son los alumnos los que me dan la respuesta.
Lorena:
Yo estudié en una telesecundaria rural, donde el profesor impartía de cuatro a cinco materias diarias, a 23 alumnos, aunque de telesecundaria solo el nombre tenía porque no se impartían las clases como debe de ser, puesto que no alcanzaba la luz fotovoltaica para la televisión.
Cuando entré a primero de secundaria entré completamente en cero y como el profesor desconocía totalmente la materia pues no nos podía dar clases de inglés. Además de mencionar que la inasistencia de los docentes era sumamente exagerada, se presentaban los lunes como a las 9 de la mañana y los viernes como a las 10 se regresaban, eso era que bien nos iba porque en ocasiones llegaban hasta el martes.
De modo que ingresé a segundo y tercero de secundaria sin el conocimiento mínimo de la materia, para variar mi docente de tercero de secundaria era solo egresado de prepa y no contaba con los conocimientos necesarios para adiestrar a un grupo de tercer grado de secundaria.
Para cuando ingresé al colegio de Bachilleres que fue ya en San Bartolo Tutotepec mi conocimiento de inglés y computación era totalmente nulo. Debo criticar que el profesor sí era lo suficientemente bueno en la materia, de modo que si aprendían o no los alumnos ya no quedaba en él, sino en el desinterés de los alumnos por la materia.
Reconozco que sí aprendí muchas cosas pero el detalle está en que solo las aprendía en el momento, bueno o en lo que duraba el período de clases y hasta el parcial que era donde se preguntaba todo eso y después dejaba atrás lo aprendido y con el tiempo se me olvidaba.
Cuando terminé el colegio me vi en la necesidad de meterme al conafe, y deje de interesarme completamente de todo lo que ya había aprendido en el colegio, ahí solo me dedicaba a tratar de enseñar a los niños del preescolar que tenía y jamás ni por error saqué mi libro de inglés.
Un año más tarde ingresé a la universidad en la que estoy, y entré con tanta ilusión de aprender muchas cosas casi creyendo que iba a ser igual que el Colegio pero no, en el Colegio los profesores verdaderamente se esforzaban por dar bien su clase, tal vez porque el director del plantel pasaba a diario al salón a ver la conducta de los alumnos y el desempeño del profesor.
Esto no quiere decir que los docentes de esta escuela no se esmeren por su trabajo pero por lo que he notado la mayoría de ellos solo nos dividen los temas por equipos para que expongamos lecturas verdaderamente extensas y ellos llegan a sentarse y al término de la exposición critiquen las malas presentaciones o a lanzar preguntas para anotar participaciones.
Lo que nos dice Lorena es la historia de todo mundo. La historia de todos los que pasaron por las telesecundarias rurales y no aprendieron prácticamente nada. Pero apenas estamos empezando. Vamos a ver que nos dice Perla. Perla es una de las chicas más inteligentes de su grupo, o de cualquier grupo. Hace varios años representó al Colegio de Bachilleres de Tenango en la Olimpiada de Física, a nivel nacional.
Perla:
Cuando ingresé a la secundaria en mi comunidad (El Dequeña) los docentes que laboraban ahí eran muy ineficientes, solo veíamos la clase en la televisión y contestábamos las guías como pudiéramos, porque las maestras se la pasaban todo el día en la Dirección platicando y echando chisme y a sus alumnos no les dedicaban ni un momento.
Nosotros nos poníamos a divertirnos echando relajo el resto del día y las maestras ni en cuenta y eso era todo el día, todos los días, y no solo en la materia de inglés sino que para todas las materias era lo mismo, nuestros asesores no tenían ni la más remota idea de qué trataban las materias que “impartían”.
Hasta que un día nos cansamos (mi grupo) de tanta indiferencia por parte de las maestras y decidimos acudir a la Supervisión escolar para pedir el cambio de esas maestras, pero como usted en ocasiones nos menciona, la burocracia está muy mal para nuestro contexto y no nos querían otorgar otro maestro más eficiente, hasta casi al terminar el primer año después de tantos intentos y pérdidas de clase logramos que nos cambiaran por lo menos a dos maestras.
El ensayo de Alma Karen es especialmente interesante. Va muy lejos en explicar las causas de la apatía y el desinterés que tienen los alumnos por esta materia, o por cualquier otra materia. Pero no solo eso, sino que menciona algunos de los graves problemas de la educación pública en México, como son el ausentismo y la falta de interés de los mismos docentes en dar sus clases. La voy a citar extensivamente.
Alma Karen:
Con respecto al idioma inglés hablando particularmente de los alumnos de la UPN yo como alumna considero que la mayoría de todos mis compañeros de esta institución no tienen mucho interés por aprender el inglés… Cuando estudiaba la secundaria y llevaba esta materia no tenía ni la más remota idea de cómo se escribía o como se hablaba el inglés y por si esto hubiera sido poco el profesor que me dio esta clase los próximos dos años se encontraba en la misma situación que mis compañeros y yo: su conocimiento de este idioma era casi nulo lo único que hacía era ponernos a transcribir conversaciones, textos que escribía en el pizarrón o a contestar la guía que teníamos de esta materia como le entendiéramos y si teníamos dudas las cuales eran bastantes nos acercábamos a preguntarle y lo que hacía era que sacaba su traductora y solo así nos podía responder o de lo contrario si la traductora no traía las respuestas que necesitábamos él ya no sabía que contestarnos y así nos quedábamos en blanco porque dicho profesor no nos contestaba nada.
Pienso que el que haya profesores que impartan inglés y que no sepan absolutamente nada de esta materia, o que haya profesores que no sepan dar su clase, y principalmente que el entorno en el que nos desarrollamos no tenga ninguna relación con el tener que aprender inglés son factores que hacen que los alumnos o al menos hablo yo como alumna, no tengan el mínimo interés en aprenderlo.
Otra cosa que considero que hace que los alumnos aprendan poco es que el sistema educativo quiere que aprendamos este idioma casi a la fuerza y cada vez dan instrumentos más avanzados y nunca se detienen a pensar si lo visto antes se aprendió o no, creo que lo que les importa es seguir adelante no importa si aprendas o no, lo peor es que aparte de que no dominamos bien el idioma los instrumentos que nos dan como libros para contestar son de lo más complicados, realmente pienso que el que se utilicen esos mecanismos de coerción que solo se basan en obligaciones nos perjudican aun más… pero como ha sido siempre los modelos de educación se van más en imponer sus mecanismos de aprendizaje sin ponerse a pensar que existen diferentes contextos que poseen distintas necesidades en donde el nivel de educación es muy diferente a otros, mi opinión es que esto es desagradable, tener que adecuarnos a sus modelos de estudio cuando las prioridades de nosotros son distintas a las de todos los demás y tal vez por estas distintas necesidades el aprender inglés no es una prioridad en este municipio.
Por esta razón reitero que no es que no sea importante este idioma sino que muchas veces para la mayoría de las personas y estudiantes hay cosas con mayor prioridad dentro del contexto en el que vivimos, también porque la mayoría de nosotros no tenemos el menor interés de aprender el idioma inglés, quizás porque pensamos que nunca vamos a tener la menor necesidad de utilizarlo o porque simplemente no se nos hace necesario, tal vez porque nuestra mentalidad no va más allá de poder obtener un empleo en alguna dependencia dentro o cerca de nuestro municipio.
Y es que es cierto que también los profes colaboran con el desinterés de los alumnos ya que tan solo aquí en la UPN a algunos profes se les da por faltar y hasta pensamos que buscan un pretexto para no venir y no solo yo digo esto y que es lo que ocasionan los profes con esto si de por sí somos flojos y vemos que al profe no le interesa su clase y nosotros pensamos que él debería de poner el ejemplo y hace todo lo contrario entonces a nosotros nos va a importar menos la clase ya que como alumnos lo que menos queremos es trabajar, la verdad es feo pero esto es la realidad.
Porque como sabemos el nivel académico es muy bajo y no porque nos dejen tarea tras tarea vamos a ser mejores estudiantes y claro se ve a la hora de un examen que la mayoría de los alumnos tiene un acordeón porque en clase no aprendió nada porque no le interesaba.
Por esto opino que el método del profe David es ingenioso y acertado porque él no es como los demás maestros que usa exámenes o calificaciones para estar a fuerzas en su clase o sea no utiliza mecanismos de coerción, no nos deja las pilas de tarea y así como nos hace participar voluntariamente en su clase hace que aprendamos sin darnos cuenta y esto es bueno porque no lo vemos como algo que sea a fuerzas y lo que también es interesante es que nos habla de otras cosas que hace que nos llamen la atención y que al mismo tiempo lo que nos dice nos concientiza un poco todo esto hace que su clase sea más ligera y flexible.
Estas opiniones se repiten con ligeras variaciones una y otra vez. Cambian los detalles, pero la historia es la misma. Vamos a ver que nos dicen Maribel, Sidonia, y algún otro alumno que no quiso o se le olvidó poner su nombre.
Maribel:
En la telesecundaria de mi comunidad llevé el inglés durante los tres años, pero los maestros en sí no tenían un conocimiento exacto solo nos ponían a que viéramos las sesiones de clases por la televisión, después de eso teníamos que traducirlo. En realidad no aprendí nada, solo los números del 1 al 20, el abecedario pues ni la mitad, solo traducir palabra por palabra ya que los maestros no estaban bien preparados y cuando terminé el ciclo escolar pues sí estaba desanimada por no haber aprendido nada.
Sidonia:
La materia de inglés la he cursado desde el primer grado de secundaria. Al principio me gustaba la materia y digo al principio ya que cuando entré al bachillerato perdí el interés por esta materia. Durante los tres años de secundaria en la cual cursé la materia tenía ese interés por aprender verdaderamente el inglés ya que me esforzaba para adquirir lo necesario, en cuanto a lo que enseñaba el profesor. Pero cuando entré a bachillerato y conforme pasaban los meses pues realizaba las tareas nada más por cumplir, no porque yo quisiera aprender algo de este idioma… si yo hubiera puesto la atención necesaria, pues no se me hubiera olvidado nada de lo que vi en secundaria y en bachillerato. De todo lo que vi en esos años ya no me acuerdo de nada, pues yo pienso que la falta de interés que tengo por esa materia es porque se me hace completamente ajeno; por más de que trato de poner atención me da flojera eso en algunas veces, ya que hay días en que sí tengo esa motivación por aprender aunque sea un poquito, lo básico, ya que como usted dice profe, nunca sabemos cuándo nos va a ser útil.
Anónimo:
Respecto a la materia de inglés no es que no me interese solo que verdaderamente se me hace un poco complicado ya que cuando llevé inglés en la escuela secundaria solo nos enseñaban lo básico como son pronunciar el saludo, colores y los números, yo creo que el profesor solo nos enseñaba eso porque él tampoco sabía gran cosa o más bien dicho no le interesaba enseñarnos ya que faltaba mucho a la escuela. Y en el bachillerato enseñaban lo mismo lo único poco que cambió fue que aprendimos a formar solo oraciones y a leerlas. Es por eso que hay veces que verdaderamente me aburren las clases por el mismo motivo que no entiendo gran cosa y por desesperación al no poder terminar los ejercicios…
Uno solo de estos comentarios me da más información sobre la realidad de mis alumnos que todos los cuestionarios formulaicos habidos y por haber. En los últimos años se ha puesto de moda depender completamente y hasta basar las políticas oficiales en ese tipo de cuestionarios que pretenden diseccionar la realidad y compartimentalizarla en apartados netamente definidos, con etiquetas tales como ‘Muy bien’, ‘Bien’, ‘Regular’, ‘Poco’ y ‘Muy poco’, o por el estilo, pero que como parámetros de la realidad lo que nos dicen es realmente mínimo. Esos cuestionarios ciertamente son un producto y un reflejo de la sociedad mecanizada y digitalizada en la que vivimos, en la que se le da más importancia a la forma que al contenido, y para lo único que realmente sirven es para hacer gráficas con muchas líneas de colores que se ven muy bonitas en Excel. Tengo la teoría que esos cuestionarios los inventaron precisamente para cubrir la realidad, y para evitar que se cuelen voces que no son políticamente correctas. Puedo estar equivocado, por supuesto. En lo que nos decidimos vamos a ver que nos tiene que decir Blanca.
Blanca:
En cuanto a la falta de interés en el aprendizaje, estoy totalmente de acuerdo que es un problema que hoy en día está muy presente desde las personas menores hasta los grados de nivel superior. Hoy en día la falta de interés por aprender por parte de la comunidad estudiantil cada día es mayor, ya que el solo hecho de que éstos estén cursando un cierto nivel no quiere decir que lo estén haciendo porque de verdad les interesa aprender, si no solo porque hoy en día nuestro país lo que sugiere es un documento en el que se avale que tú tienes un cierto grado de estudios. Lo cierto es que el culpable de todo lo que está pasando en la formación de los estudiantes es el sistema educativo que está impuesto, ya que la ideología que tenemos todos los estudiantes es esmerarnos por sacar una buena calificación para aprobar una materia, pero solo nos preocupa en el momento porque de alguna manera ciertos conocimientos que estamos adquiriendo ni siquiera se llevan a la práctica, porque cuando llegas a la universidad todo lo que viste en el nivel medio superior prácticamente no te sirve de mucho.
Otro de los factores que estimula la falta de interés en el aprendizaje son los profesores, ya que siempre se sujetan al modelo educativo, y lo hacen aburrido, ya que siempre están presionando a los alumnos con sus teorías y no son para diseñar estrategias nuevas para estimular al alumno al aprendizaje, el error de los profesores de hoy en día, y no solo hablo de nivel medio y superior, sino que esto viene desde abajo desde los inicios de educación inicial y educación primaria, es prácticamente que no motivan al alumno al aprendizaje, sino que nada más hacen lo que está escrito en los programas (antologías, libros, etc.) y esto es prácticamente aburrido, porque no todos los alumnos aprenden de la misma manera.
Por otro lado, existen alumnos que vienen con el gran interés de aprender, pero que pasa cuando ya insertos en una institución, éstos se decepcionan del trabajo que desempeñan los profesores, porque como se venía mencionando anteriormente, falta motivación en las actividades que ellos aplican y un claro ejemplo es la experiencia que nosotros los alumnos de cuarto semestre tuvimos con un profesor que según nos medio dio la materia de… y que no se preparó en ninguna de sus clases y lo único que decía era que leyéramos y ni siquiera eran temas relacionados con la materia…
Entonces es así como funciona el sistema educativo y el personal que lo imparte, cuando debería ser diferente, es decir, enseñar cosas que de verdad te sirvan para la vida y tomar en cuenta al estudiante, acerca de que es lo que realmente le interesa aprender y que los profesores cambien su mal hábito de impartir sus actividades.
Vaya, de las cosas que uno se entera cuando se tiene la disposición para escuchar. Los alumnos están ansiosos de que se les escuche, y tienen opiniones perfectamente válidas, y quejas legítimas, que nadie parece atender. Vamos a leer otra opinión en el mismo tono, esta vez de la compañera Eugenia.
Eugenia:
…la falta de interés en el aprendizaje es un problema muy grande ya que es muy cierto que todos los jóvenes que asisten a la escuela solo unos pocos van por el interés de aprender porque la mayor parte lo hace solo para conseguir el título para poder insertarse en un centro laboral. En ocasiones cuando se llega a la universidad sí se lleva la idea de querer obtener nuevos conocimientos y aprender pero desafortunadamente cuando ya se está dentro uno se da cuenta de que los maestros únicamente se limitan a enseñarte lo que ya está escrito en las antologías, realizar resúmenes de todas las lecciones y prepararte para el examen, tal vez también sea error de los jóvenes limitarse a ver solo eso porque de igual manera uno puede por su propia voluntad investigar o informarse por diferentes fuentes o medios. Pero en ocasiones también se limitan únicamente a asistir a la escuela por no tener inasistencia y quedar fuera de derecho a un examen, de esta manera si no se tiene el interés por una materia no se puede aprender, a veces se memorizan ciertos conceptos que se manejan en las antologías solo para pasar un examen y para el día siguiente uno ya no se acuerda de absolutamente nada, ya que en ocasiones se ven temas que se piensa que probablemente no nos sirva de mucho en nuestra vida diaria o no nos serán necesarias.
Por otra parte es muy cierto que en este municipio al igual que en otros hay un gran número de deserción escolar, y creo que es por lo mismo de que en ocasiones los jóvenes se sienten muy presionados por los maestros para realizar resúmenes de una antología completa, lo cual no es una buena estrategia de aprender porque prácticamente solo se traspasa el texto de una antología a otras hojas sin saber que tiene que ver con nuestra vida diaria o en que nos puede ayudar, lo cual yo considero que los profesores deben de buscar otras maneras de enseñar a los alumnos nuevas estrategias que motiven a los jóvenes a tener la inquietud o curiosidad de aprender nuevas cosas pero de tal manera que uno se dé cuenta que lo que se está aprendiendo le va a servir para su vida, desafortunadamente algunas veces los profesores tampoco tienen ni el menor interés de enseñarles algo verdaderamente útil a los jóvenes.
Pero estamos divagando, ¿no es cierto? Empezamos hablando de la falta de interés en el idioma inglés y ahora parece que estamos hablando de la falta de interés en el aprendizaje, en general, y en la UPN, en particular. Vamos a enfocarnos de nuevo en el idioma inglés, y escuchar lo que nos tiene que decir Isela.
Isela:
En mi región pienso que la mayoría de la gente no le interesa el inglés, esto porque saben o piensan que no lo utilizaran en su vida cotidiana, y la gente se crea esa idea de para qué aprender inglés si no tienen como practicarlo, o con quien hablarlo, y por eso se les hace muy difícil aprenderlo. Son muy pocos los que en realidad les interesa aprender inglés, la gente de la región son personas que no ven más allá de donde viven, solo estudian y lo que buscan es un trabajo que esté cerca de su casa, y no tienen una visión a otras cosas que hay que aprender, se podría decir que están muy cerrados, la gente se queda en su mundo y no observan a su alrededor.
En lo personal a mí el inglés no me gusta por la dificultad que es hablarlo, es para mí muy difícil aprenderme las palabras, se me complica demasiado y lo que menos me gusta es que se tenga que aprender con mucha dedicación por los tiempos que tiene cada verbo, y otro de mis motivos es que siento que no lo voy a ocupar mucho quizás porque siento que no llegaré a ningún lugar así como voy, no me veo futuro, no me gusta lo que estudio y eso me desanima mucho pero en fin es lo que me ofrecen y tengo que cumplirles a mis padres, y al final de todo me da flojera es la verdad, será porque quiero todo fácil y es por eso que no me interesa mucho, la verdad es que así como yo hay muchos que quieren que todo sea fácil y pues a mí no me gusta y me desespera el no poder aprenderlo. Y para eso tengo que poner mucho de mi tiempo, cuando no me gusta algo me entra y me sale y a fuerzas no me lo voy a aprender, para que yo aprenda algo me necesita gustar e interesar mucho, y como no me gusta pues para mí es como estar a la fuerza, es por eso que me salgo en ocasiones de su clase porque la verdad no hago nada y pues aunque le ponga interés me siento pérdida y reconozco que es culpa mía porque aunque no me guste debo poner de mi parte, al menos intentarlo, porque yo sé que algún día lo necesitaré si es que llegara a salir y a obtener un trabajo en una escuela que la verdad lo veo muy lejos de mí.
Bueno es lo que en lo personal no me gusta o no me interesa de la materia de inglés, espero y no por esto me vaya a reprobar solo porque dije la verdad y porque a usted no le gusta me repruebe. Es lo que usted me pidió y así lo hice.
Efectivamente, estamos tratando con seres humanos, no con máquinas ni con clones. La opinión de cada uno de mis alumnos es muy valiosa, y perfectamente válida y legítima. Y cada una de sus historias es diferente, aunque hay elementos en común a todas ellas. Podría seguir contando sus historias, una tras otra, las de todos ellos, pero tengo otras cosas que quiero comentar en este ensayo. Esto tan sólo fue una muestra representativa. Para terminar quiero incluir la opinión de Jovani. Él es un filósofo, y siempre me escribió muy buenos ensayos.
Jovani:
…es bueno estar concientes de la realidad en la que nos encontramos, y es cierto muy cierto que un problema en todo lo que es el sistema educativo es que nosotros como estudiantes, como sujetos que somos y que formamos parte del sistema no y nunca decimos nada, me refiero a que todo lo que nos dicen lo tomamos como algo bueno, estamos tan acostumbrados a recibir y recibir sin pensar y sin reflexionar si lo que recibimos es bueno o malo, no nos fijamos de las ventajas y desventajas. Como estudiantes no nos comportamos tal como tal o como debería de ser; al parecer a la mayoría muy poco nos interesa aprender, o sacarle provecho de lo que nos enseñan dentro de la escuela, no nos preocupamos por saber más de lo que sabemos y al parecer mucho menos nos interesa, porque si nos interesara tendríamos la iniciativa de hacer las cosas y no esperar a que alguien nos diga qué es lo que tenemos que hacer y veo que no solo es la materia de inglés en la que estamos fallando o estamos mal, sino que en todas, veo que la mayoría de los estudiantes no les interesa para nada lo que están estudiando, es más creo que no tenemos ni la menor idea de lo que se trata la carrera.
Es difícil comprender la situación en la que nos encontramos nosotros los jóvenes, no logramos captar la complejidad de la realidad a la que nos estamos enfrentando, creo ni somos capaces de discernir entre lo que nos conviene y lo que no nos conviene, mucho menos sabemos aprovechar las oportunidades que tenemos…
2. El ciclo de la ignorancia.
Y este es el contexto en el que doy mis clases. Las deficiencias educativas no empiezan por supuesto en la secundaria, pero al llegar ahí ya están bien arraigadas. El ausentismo de los maestros, la falta de preparación, vocación o interés en dar clases de muchos de ellos, e incluso la ignorancia total de algunas de las materias que imparten, los programas educativos fuera de contexto que no toman en cuenta las realidades locales, la inercia de un sistema educativo que parece más interesado en mantener un status quo que en el hecho de que los alumnos aprendan, y todos esos factores que forman parte de la normalidad o la normatividad en la educación hacen que el nivel de conocimientos de mis alumnos sea extremadamente bajo. Esto es particularmente cierto de aquellos alumnos que no son de la cabecera sino de las comunidades más abajo en la sierra, y que son la mayoría.
Me refiero sobre todo al nivel de cultura general. La cultura general es lo que le queda a uno después de que el resto se le olvida. Es el grado en el que conocen, perciben y se preocupan por el mundo en el que viven. La cultura general es la suma de todos los conocimientos que adquirieron y retuvieron, y es un reflejo de la calidad de la educación que recibieron. Si la educación fue de mala calidad, el nivel de cultura general va a ser muy bajo. Ya he mencionado en otros ensayos como desde la primera clase que les doy a mis alumnos cuando llegan fresquecitos a la universidad y en la que les doy un panorama general de las lenguas que se hablan en el mundo, les hago algunas preguntas de cultura básica para ver qué tanto saben sobre el mundo en el que viven. Por lo general no tienen ni la menor idea del tamaño o la población de México, o de cualquier otra parte del mundo. Mucho menos tienen la más mínima noción del perímetro del planeta tierra, o la distancia de la tierra al sol. Son completamente incapaces de obtener el perímetro de una esfera a partir del diámetro, o viceversa. Y sobre historia, no saben absolutamente nada ni les interesa, para ellos la historia es algo completamente ajeno que ya pasó, y que no tiene la menor relevancia en sus vidas. ¿En qué siglo fue la guerra de México con Estados Unidos, en la que perdimos la mitad de nuestro territorio? Ya no les preguntó el año, les preguntó el siglo, y no lo saben. ¿La fecha del ’descubrimiento’ de América? El 80 o 90 por ciento no lo sabe. No tienen más que la idea más nebulosa del mundo en el que viven, muchos son incapaces de ubicar a países como Egipto o India en un mapa, para muchos de ellos el planeta tierra no es más que una abstracción y para cualquier fin práctico, su conciencia espacial y temporal es mínima, y toda su realidad se circunscribe al aquí y ahora.
Todo esto yo ya lo sé, no es nada nuevo, pero de todas maneras los alumnos no dejan de sorprenderme. La última fue en un ejercicio que estábamos haciendo en clase que consistía en hacer comparaciones, con enunciados como: Compara dos personas de tu clase (Juan is taller than Pedro), y uno de los enunciados era: Compara dos países de Asia. Los alumnos estaban divididos en grupos, y la mitad de ellos fue incapaz de nombrar un solo país de Asia. Había un grupo de cuatro chicas al que llegué en un momento a ofrecerles pasarlas con diez si entre las cuatro me nombraban tres países de Asia. Fueron incapaces de nombrar uno solo. Por fin ya exasperado les pregunté que si nunca habían oído hablar de un país que se llama China. ¡Ahhh, sí! fue lo que dijeron. Y luego les pregunté que si nunca habían oído hablar de Japón, o de India. ¡Ahhh, sí! Al parecer sí habían oído hablar de esos países, simplemente no tenían ni la menor idea que se encontraban en un continente que se llama Asia. Y otro enunciado más adelante decía: Compara dos personajes de la historia. Todo mundo piensa automáticamente en Hidalgo y Morelos. Y precisamente por eso les pedí que trataran de pensar en otros dos personajes que no fueran ellos. Pues resulta que la gran mayoría fue incapaz de nombrar a ningún otro personaje histórico. Ni uno solo. Aparentemente nunca habían oído hablar de Cortés, o de Cuauhtémoc, o de Colón, o de Gandhi, o de Napoleón, o de Julio Cesar, o de Lenin, o de Marco Polo, o de Sor Juana, o de Neruda, o de Beethoven, o de Gengis Khan, o de Galileo, o de Einstein, o de Cervantes, o de Shakespeare, o de Bolívar, o de Hitler, o de San Francisco, o de Mahoma, o de Netzahualcóyotl, o de Porfirio Díaz, o de Juárez, o ni siquiera de Emiliano Zapata o Pancho Villa. De nadie. Más de la mitad de los grupos terminó comparando a Hidalgo con Morelos. El colmo fue cuando en un test de opción múltiple Joseline, una de las chicas de tercer semestre, estaba convencida que la ciudad que Hernán Cortés fundó en 1519 fue Teotihuacán. O sea, Teotihuacán. La ciudad más grande de América en el siglo V. Lo último que supe todavía están ahí las pirámides del sol y de la luna. Y Joseline estaba segura que Teotihuacán fue la ciudad fundada por Cortés en 1519.
Y así por el estilo. Anécdotas sobran. Hasta se podría escribir un libro. Ahora, la culpa realmente no es de ellos. Los muchachos son inteligentes, pero todos ellos pasaron por un sistema educativo en el que al parecer no se le da la menor importancia a la educación. Todos ellos llevaron tres años de inglés en la secundaria, y un año de geografía y otro de historia, por lo menos. Y fue muy poco lo que aprendieron, si es que aprendieron algo. Pero, ¿cómo van a aprender los muchachos de cualquiera de esas materias si los maestros que se las impartieron tampoco sabían absolutamente nada? Si el maestro no conoce la materia, los alumnos no van a aprender, es así de sencillo. Y el problema en muchas de las secundarias y telesecundarias rurales es que un solo maestro imparte todas las materias, y no están preparados para darlas. Y ¿qué sucede cuando un maestro está frente a grupo dando clases de una materia de la que no sabe nada? Los alumnos rápidamente perciben esa situación y sucede una de dos cosas, o le toman la medida al maestro y la clase se convierte en una pachanga, o el maestro se protege detrás de una barrera de rigidez y autoritarismo en la que los alumnos apenas y pueden respirar. El resultado es el mismo: los alumnos no van a aprender nada.
Algunos de los muchachos que pasan por la UPN son concientes de esta situación. O se hacen concientes cuando les toca vivirlo en carne propia. Es el caso de Guillermo, un muchacho que terminó la LIE hace cuatro o cinco años y que se consiguió una chamba de maestro en la telesecundaria de Santa Mónica, un pueblo en los alrededores de Tenango, y un día que me lo encontré me estaba platicando que a él le hubiera gustado llevar la materia de inglés cuando estaba en la escuela, porque ahora se ve en la penosa situación de tener que dar clases de esa materia de la que no sabe prácticamente nada.
Los alumnos que salen de la LIE son Licenciados en Intervención Educativa y tienen la función de identificar problemáticas educativas en las instituciones en donde presten sus servicios. Pero en la práctica la mayor parte de ellos van a terminar trabajando como maestros. Esto es así porque la oferta de empleo en la región es muy baja, y la mayor parte de ellos se quieren quedar en la región, y son muy pocos los que tienen la intención de irse a vivir y trabajar en otras partes del estado o del país. Y van a agarrar la chamba que encuentren, en la escuela que encuentren, porque necesitan el trabajo, y algunos de ellos van a terminar dando clases en alguna telesecundaria rural, donde de repente se van a encontrar frente a grupo impartiendo clases de materias de las que no saben prácticamente nada, materias como inglés, o historia, o geografía, o quizás matemáticas, y así como ellos no aprendieron nada cuando iban en la secundaria porque sus maestros no conocían la materia ni la sabían enseñar, ahora ellos a su vez se van a encargar de perpetuar el ciclo de la ignorancia, y si desconocen por completo la materia que imparten no hay la menor posibilidad de que sus alumnos la vayan a aprender, como le sucedió a Guillermo, que está dando clases de inglés en Santa Mónica cuando con trabajo sabe decir hello.
Y es ese círculo vicioso el que estoy tratando de romper. A mi manera, de poquito en poquito. Con mis alumnos. Yo sé perfectamente que no voy a cambiar al sistema educativo, pero sí quiero que si y cuando mis alumnos se encuentren frente a grupo en un salón de clase por lo menos sepan de lo que están hablando. Y es por esto que les insisto una y otra vez que aunque el idioma inglés sea completamente ajeno a su realidad tienen que hacer el esfuerzo por aprender lo básico, por lo menos para que se puedan parar en un salón de clase y saber de lo que están hablando, porque ellos nunca saben cuando les va a ser útil o necesario. Nunca se sabe en lo que van a terminar trabajando y no está de más que ahora que tienen la oportunidad de aprender algo la aprovechen. Y esto es algo que resuena con ellos, es algo que ellos entienden; para ellos el mundo globalizado que nos propone Rosana no existe ni tiene relevancia en sus vidas pero sí comprenden que existe esa posibilidad de encontrarse frente a grupo y hay algunos que a partir de ahí encuentran el interés para aprender la materia.
Y esa es la manera en que los empiezo a interesar en la materia. El objetivo es que aprendan inglés al mismo tiempo que aprenden del mundo, y que aprendan del mundo al mismo tiempo que aprenden inglés. El estudio del idioma inglés se hace más atractivo cuando se le relaciona con cuestiones prácticas del mundo que nos rodea, y se le sitúa dentro de un contexto. A medida que aprenden el inglés van ampliando su acervo de conocimientos y se hacen concientes del mundo que nos rodea.
3. Una visión de la educación.
Pero no era esto tampoco lo principal que quería comentar en este ensayo. De hecho todo lo que he dicho hasta el momento no ha sido más que un preámbulo. A fin de cuentas el hecho de que haya maestros que no tienen ni idea de la materia que imparten no es nada nuevo, y no es sino un síntoma de problemas más graves. Hay problemas socio-económicos, por un lado, que se manifiestan en aberraciones tales como el sistema de plazas que todavía padecemos, en el que las plazas de maestro son vitalicias y hereditarias, y se han convertido en bienes que se negocian, se traspasan, se venden o se alquilan según se preste la ocasión, independientemente de la capacidad de los beneficiados para ocupar el puesto. Pero uno de los problemas más graves, según como lo veo, es principalmente una cuestión de enfoque. Es el concepto mismo de lo que entendemos por educación.
Los seres vivos somos curiosos por naturaleza, y los seres humanos desarrollamos una adaptación llamada inteligencia que nos hizo concientes de tener esa curiosidad, y desde niños empezamos a aprender sobre el mundo que nos rodea y la vida entera sigue siendo un aprendizaje. Aprender es una aventura en la que utilizamos la creatividad y la imaginación para resolver los problemas que todo proceso de aprendizaje implica. Uno de los grandes placeres de la vida es aprender algo que vale la pena aprender y aprenderlo bien por el puro gusto de aprenderlo. Cada persona tiene habilidades e intereses distintos, y por evidente que suene, lo que a una persona le gusta o le interesa no tiene por qué ser del gusto o interés de otra. Y el objetivo de una buena educación, a mi entender, debe de ser el permitir que una persona desarrolle esos intereses y habilidades al mismo tiempo que proporciona una sólida cultura general sobre los otros ámbitos de la vida. Siendo todos primerizos en la vida hay muchas materias de las que no sabemos absolutamente nada, y es función del maestro despertar el interés de sus alumnos por la materia que se imparte, sabiendo perfectamente que no todos los alumnos se van a interesar de la misma manera. Para poder despertar el interés de sus alumnos en la materia es indispensable que el maestro tenga un buen conocimiento de ella, si no lo tiene nunca podrá realmente ganarse a sus alumnos a esa materia. Y hay alumnos que en algún momento se empiezan a interesar en lo que el maestro dice, y si se establece una buena empatía y ambiente de trabajo, algunos de ellos hasta van a empezar a aprenderla por gusto y hay ocasiones en que la influencia de un buen maestro que daba sus clases con entusiasmo y por vocación llega a despertar en algunos de ellos el interés por seguir esa materia como carrera de vida. Y hay otros que a lo mejor no, porque tienen otros intereses, pero si el maestro dio bien sus clases aunque mucho se les olvide algo se les va a quedar como parte de su acervo cultural. Un maestro puede ganar el gusto o la antipatía de sus alumnos hacia su materia de por vida. Y lo crucial que hay que entender aquí es que las cosas se aprenden por gusto y no por obligación. Las cosas que se aprenden por obligación, para salir de alguna coyuntura, no se retienen y rápidamente se olvidan cuando pasa la necesidad. El mundo está cambiando constantemente y requiere de nuestra atención, y no hay espacio en nuestro cerebro o en nuestras vidas para retener la información que no necesitamos.
En las culturas tradicionales esto es algo que se intuye, y la educación tiende a enfocarse en los aspectos sociales y comunitarios que beneficien a todo el grupo. La vida entera es una escuela y se vive y se aprende con gusto y con asombro ante la complejidad y la maravilla del mundo que nos rodea. No hay maestros ni hay alumnos, hay los que llegaron antes y los que vinieron después.
En un sistema educativo adaptado a la cultura de las masas el alumno inevitablemente va a perder una buena parte de su individualidad. No es lo mismo dar clases a un grupo de 15 alumnos que a uno de 40. Para el sistema educativo el alumno se convierte en una estadística, en un promedio de calificaciones y sobre todo, como ya dije, en un sujeto pasivo que al parecer no tiene voz ni voto en el proceso de su propia educación. El sistema sabe lo que es bueno para los alumnos, no es cierto, y los trata a todos como si estuvieran cortados con el mismo molde y hubieran salido todos del mismo sitio. Para el sistema educativo no hay contexto ni historia ni idiosincrasia ni intereses o aptitudes personales, ni ritmo o capacidad de aprendizaje distintos, simplemente se espera que todos aprendan exactamente lo mismo de la misma manera y al mismo ritmo y si no tienen el interés por aprender pues de alguna manera hay que obligarlos. Y se diseña todo un sistema de mecanismos de coerción para obligar a los alumnos a que aprendan un montón de cosas que a lo mejor no les interesan en lo absoluto y que nunca les van a ser de ninguna utilidad, y si no les interesa la materia van a aprender solo lo estrictamente necesario para salir del paso, y una vez que pasa el examen cualquier cosa que hayan ‘aprendido’ se les va a olvidar muy rápidamente y por completo, al mismo tiempo que ya le agarraron una antipatía a la materia de por vida.
A lo que voy con todo esto es que un sistema educativo basado en el control y en la coerción no puede ni nunca podrá obtener los mismos resultados que un sistema educativo basado en la cooperación y en la participación. Como dicen, enseñar es aprender dos veces. Enseñar implica un grado de empatía o de complicidad con los alumnos. Entre el sistema educativo y los alumnos, es con los alumnos con los que hay que tomar partido. Es en la cooperación entre el maestro y los alumnos y la participación de todos los involucrados que se da el ambiente más propicio para que los alumnos se interesen en el tema. Los seres humanos estamos hechos para aprender en libertad, y cuando la educación se vuelve una obligación, un requisito o una carga y en lugar de ser motivo de entusiasmo se convierte en fuente de desinterés y de apatía, cualquier beneficio que supuestamente se obtenga será necesariamente efímero e ilusorio.
En la educación no se puede no tomar en cuenta el contexto local. Más allá de los requerimientos de un sistema educativo que inevitablemente trata a los alumnos con uniformidad homogeneizada, está el simple hecho de que tratamos con individuos, con seres humanos que tienen diferentes gustos e intereses, diferentes aptitudes y habilidades, que aprenden a diferentes ritmos y cuya curiosidad y capacidad de asombro se despierta por diferentes causas, que hay materias en el currículo por las que se va a sentir interés y otras por las que no, y que el individuo tiene el derecho legítimo de no tener por qué estar interesado en alguna materia. Como ya dije, es función del maestro tratar de involucrar a sus alumnos en la materia que se imparte, sabiendo perfectamente que no todos los alumnos se van a interesar de la misma manera. Y un sistema educativo que sea auténticamente humanista tiene que tener flexibilidad y tolerancia para acomodar esas diferencias.
Y ese individuo pertenece a una comunidad situada en algún lugar físico del mundo. Y ahí la gente es de cierta manera y tiene ciertas costumbres y tradiciones y también tiene ciertas necesidades y carencias, y expectativas y problemáticas distintas. Es cierto que la vida moderna ha impuesto un manto de uniformización en todos los aspectos de la vida cotidiana en cualquier parte del mundo, pero este manto es más bien superficial, producto del momento histórico que estamos viviendo, que no es ni eterno ni sustentable ni ha estado vigente durante demasiado tiempo. La cultura cambia lentamente, a su propio ritmo, por más que la tecnología trate de apurarle el paso.
Y así como en la educación no se pueden ignorar las realidades locales tampoco se puede ignorar la realidad de ese momento histórico que nos tocó vivir. A estas alturas es imposible ignorar el impacto que nuestra especie tiene y ha tenido sobre el medio ambiente. Estamos llevando a miles de especies a la extinción y alterando los mismos sistemas de autoregulamiento del planeta tierra que le permiten mantenerse en un estado de equilibrio dinámico con idóneas condiciones para la vida. El proyecto humano ha crecido desmesuradamente, tanto en números absolutos como en capacidad destructiva, y no hay ecosistema en el planeta que no haya sido trastornado por nuestra influencia. Cada día liberamos al medio ambiente millones de toneladas de desperdicios, y parece que el único objetivo del sistema económico es explotar por explotar para producir por producir para consumir por consumir. Para desperdiciar por desperdiciar. Para acumular por acumular.
Lo cierto es que vivimos en un mundo finito, que de hecho ya nos quedó chico, y al mismo tiempo que estamos destruyendo las mismas condiciones que permiten el desarrollo óptimo de la vida en este planeta, nuestra sociedad sigue creyendo en el mito del progreso y del crecimiento económico indefinido y todos sus sistemas sociales, económicos, políticos, culturales, religiosos y educativos siguen bajo el trance colectivo de creer que estamos por encima de las leyes de la naturaleza y de la capacidad portativa de los ecosistemas. El hecho de que se hable tan poco de esto en el discurso oficial y que sea tan poco lo que se haga para tratar de mitigar los peores excesos de nuestra civilización es sintomática de una trágica falta de visión colectiva sobre el futuro que le queremos dejar a nuestros hijos. Nuestra cultura tiene una impresionante capacidad de negación colectiva, somos incapaces de ver más allá de nuestras narices y de nuestro beneficio inmediato y creemos que treinta o cuarenta años es largo plazo mientras nos preocupamos enormemente por quien va a ganar el partido de futbol el próximo domingo o como va a terminar la telenovela.
La educación ambiental en México tiene por lo menos treinta años de retraso. Si se hubieran escuchado las voces que en la década de los setentas o de los ochentas empezaban a advertir sobre las consecuencias de seguir por el rumbo por donde se iba, y se hubieran realizado campañas para concientizar a los niños desde la primaria, habría ya una generación de adultos concientes de la necesidad de respetar más el medio ambiente y de participar activamente en la creación de un mundo mejor. Hay que tomar en cuenta que se necesitan por lo menos dos décadas para que el niño crezca y sus decisiones empiecen a tener un efecto en el mundo. Lo que se está empezando a hacer ahora es por supuesto importante, pero alguien diría que es demasiado poco y demasiado tarde. Y está todavía demasiado impregnado de academicismo. La ecología a fin de cuentas es ante todo una actitud ante la vida y una manera de relacionarse con el mundo, no una calificación que se tenga que obtener.
Concientizar a la gente no es una tarea fácil. La concientización va más allá de la educación. Se podría decir que ahí donde la educación encuentra sus límites, la concientización apenas está comenzando. Concientizar significa hacer que la gente se dé cuenta de realidades o de aspectos de la realidad que normalmente no percibe, o no quiere percibir. Y no es una tarea fácil porque hay que vencer muchas resistencias, tanto a nivel personal, como social y sistémico. En todos los niveles, estamos demasiado atrapados en nuestras zonas de confort y nuestros horizontes son demasiado estrechos y nuestra visión demasiado limitada como para que estemos dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para hacernos responsables de nosotros mismos ante el mundo y ante el resto de las personas con las que compartimos nuestras vidas. Concientizar implica hacer que las personas se hagan responsables, que se hagan tolerantes de otras formas de pensar y de vivir y que se hagan activos y participativos en la creación de un mundo mejor.
Y es en esta labor de concientización en la que el sistema educativo está fallando más contundentemente. La realidad que nos rodea está cambiando a pasos agigantados, y el ritmo de cambio se ha ido acelerando cada vez más. La realidad del mundo que nos rodea es cada vez más compleja e incomprensible, y para darle sentido y coherencia a esa realidad una herramienta con la que contamos es la educación; y la mejor educación es la que consigue despertar en los alumnos el interés por la materia que se imparte y la que instila en ellos un espíritu crítico que los haga cuestionar la naturaleza de las cosas y los lleve a pensar por sí mismos dentro del marco circunstancial en el que cada uno de ellos opera.
El mundo que se nos viene no es el mundo globalizado con infinitas oportunidades de seguir creciendo económicamente independientemente de las realidades físicas de nuestro planeta. Ese futuro ya falló. El proceso globalizador llegó ya a sus límites, dejando tras de sí una secuela de tremendos problemas ambientales a los que les vamos a tener que hacer frente durante décadas o siglos y en el que la repartición de los beneficios obtenidos no ha alcanzado más que a un pequeño porcentaje de la humanidad. En un mundo en el que el uno por ciento de la población controla el 40 por ciento de los recursos, y hay mil millones de personas que padecen hambre cotidianamente; en el que se gasta más en armamento que en cualquier otro producto al mismo tiempo que 50,000 niños mueren de hambre o de enfermedades fácilmente prevenibles cada día, es claro que el proyecto del progreso económico continuo no ha sido más que un espejismo. El mundo que se nos viene es más bien un mundo en el que vamos a tener que aprender a vivir de nuevo de acuerdo a los límites que nos marca la capacidad portativa del planeta tierra, en el que algún día nos vamos a tener que dar cuenta que formamos parte de una cosa que se llama biósfera, y que si esa biósfera la destruimos nos estamos destruyendo a nosotros con ella. En este mundo que se nos viene, y que está prácticamente a la vuelta de la esquina, la cantidad de recursos y de energía disponible por persona y en conjunto va a ser radicalmente menor que a la que estamos acostumbrados, y eso va a implicar una transformación masiva en todos los niveles de la sociedad y de las relaciones geopolíticas y socioeconómicas. Las sociedades que no se hagan verdaderamente sustentables pues no se van a poder seguir sosteniendo. Es así de sencillo.
La educación pública en México ha sido hasta ahora completamente incapaz de identificar, prever, preparar, y mucho menos de atender o resolver los retos a los que se enfrentan los jóvenes en este nuevo mundo que se nos avecina. El problema es por supuesto de visión. Cuando todas las políticas oficiales se basan en consideraciones sexenales, administrativas o coyunturales, no es mucho lo que se puede planear a mediano o largo plazo. Pero en algún momento la educación pública va a tener que asumir su función como agente de cambio, o quedar al margen. Para poder preparar a las nuevas generaciones para los cambios de los que van a ser testigos en el transcurso de sus vidas es indispensable que se les deje de tratar como sujetos pasivos cuya única función es pasar exámenes formulaicos para ver quien obtiene las mejores calificaciones, o cuya función es aprenderse un montón de cosas que a nadie le interesan solo para pasar un examen, o copiar antologías enteras palabra por palabra aunque de eso no vayan a retener absolutamente nada; sino como agentes activos con capacidad de discernimiento y criterio propio que necesitan conocer y estar enterados del mundo en el que viven, así como comprometidos en la creación de un futuro mejor, y que son capaces de apreciar la calidad o las deficiencias en la educación que se les imparte, y cuya opinión debe de ser tomada en cuenta.
Es en este sentido que el objetivo de la educación no es, y no debe de ser, que los alumnos se hagan competentes; el objetivo es, o debe de ser, que los alumnos se hagan concientes. El objetivo de la educación no es que los alumnos aprendan; es que los alumnos comprendan. Esto parece ser un juego de palabras, pero hay un mundo de diferencia. Nuestro mundo, que es el que está en la balanza. Para decirlo claramente, el objetivo de la educación no es, y no debe de ser, hacer que los alumnos se conformen al sistema, sino que lo cuestionen, y que se exploren alternativas.
4. Una breve pausa.
Después de todo este rollo ya va siendo hora de que empecemos a tratar de entrar en materia. Bueno, ya casi. Vamos a hacer una pequeña pausa y escuchar otro par de opiniones de mis alumnos. Básicamente repiten lo mismo que han dicho los demás pero cada quien lo dice a su manera. Y las incluyo en este punto tan solo para tener bien presente la naturaleza de la problemática a la que nos estamos enfrentando.
Deisy:
Mi experiencia con la materia de inglés no es una muy buena, debido que las instituciones a las que asistí y los profesores que me impartieron la materia no nos reflejaban su interés de que nosotros como alumnos aprendiéramos su materia. La escuela secundaria técnica donde asistí estaba pasando por diversos problemas con sus docentes ya que faltaban mucho y los maestros no se preocupaban por nosotros de hecho faltaban cuando querían, en primer grado la profesora era muy enojona, nos regañaba mucho y nos hacía menos y los trabajos que nos dejaba no le ponía el interés en revisarlos adecuadamente. Cuando entré a segundo cambiaron a la maestra y llegó otra que tenía poca experiencia en la materia, los primeros días le puso empeño en su trabajo pero su manera de trabajar era muy aburrida porque toda la clase nos la pasábamos traduciendo lecturas y pues solo algunos lo hacían por qué no todos contaban con diccionario en inglés, siempre estábamos en equipos y pues primero sí trabajábamos pero con el paso de los días se volvió un desgorre ya que nos la pasábamos platicando de otras cosas porque la maestra se salía del salón para hacer otras cosas. Estuvimos trabajando por dos años de esta manera y siento que no aprendí lo necesario, entrabamos a todas clases pero no fue suficiente porque también la profesora empezó a faltar como los demás. En esta institución aprendí poco y no solo de la materia inglés.
Norma:
Lo principal de esta problemática llamada modelos o programas educativos es fatal en este caso se mencionaba acerca de la asignatura de inglés pero ocurre lo mismo con las demás asignaturas, el desinterés de los alumnos es grave ya que la mayoría de nosotros los alumnos asistimos a la escuela por un papel que nos avale para un empleo, lo que pasa que principalmente es por la economía, para mí entre más rápido tenga un trabajo es mejor para poder apoyar a mi familia, por otra parte está el modelo educativo cuando yo ingresé a la universidad pedagógica ingresé con muchas ganas de ser lie yo sí sabía a qué venía, tenía el conocimiento de lo que enfrentaba pero que pasa o más bien que sucedió, la realidad en esta institución es diferente el personal de aquí tal vez tiene la preparación académica pero no aplica los métodos de enseñanza adecuados para un buen aprendizaje, de igual forma se me hacen personas irresponsables en cuanto a su trabajo uno que otro docente se salva de los que he tenido oportunidad de conocer y es importante destacarlos y reconocerlos y son los que yo considero oportunos para tener el trabajo que tienen y estaría muy bien que la upn estuviera completa de gente como ellos con verdadera vocación en su trabajo porque los otros docentes que están integrando este sistema son personas incompetentes en sus actividades asignadas, bueno sé que lo que haga o deje de hacer depende de uno mismo pero en este caso la irresponsabilidad de los maestros influyó para que en estos momentos me encuentre desmotivada con la LIE.
No hay nada que desmotive más a los alumnos en el proceso de su propio aprendizaje que el ausentismo de los maestros. Hay alumnos que vienen a clase cada día desde San Bartolo o desde Huehuetla, a hora y media de distancia, y otra hora y media de regreso, para encontrarse con que el profesor no vino porque… quién sabe por qué, nunca dan explicaciones. A lo mejor lo mandaron a alguna junta, total por juntas no paramos, es lo normal. Es parte de la normatividad. Y si agregamos a eso metodologías aburridas, inimaginativas o formulaicas, en las que se da más importancia a aprenderse cosas de memoria que a ejercitar su criterio, o a copiar textos en lugar de discutirlos en clase; o la falta de una involucración real por parte de los asesores, así como deficiencias en la preparación o la falta de vocación para ejercer el oficio, así como la imposición de modelos y programas completamente ajenos al contexto en el que se trabaja, pues tenemos a una población de alumnos que cuando entran en primer semestre llegan con muchas ganas de aprender y para tercer o cuarto semestre les empieza a agarrar una apatía en que se dedican simplemente a navegar el sistema, tratar de pasar las materias como sea, regocijarse cada vez que no llega el maestro porque así tienen tiempo para hacer otras cosas, y terminar la carrera con tal de obtener un papelito. No todos los alumnos caen en este patrón por supuesto pero los suficientes para poder hablar de una problemática.
Ya he mencionado en otras ocasiones la necesidad de que los planes y programas de trabajo tomen en cuenta el contexto en el que son implementados. Son por supuesto los modelos los que se tienen que ajustar a la realidad, no esperar que la realidad se ajuste a los modelos. Uno de los grandes problemas en la educación pública es el centralismo, la ignorancia casi absoluta que tienen algunas autoridades sobre las realidades en el campo y el desprecio y la poca importancia que se le da a esas realidades. Se quiere imponer un solo molde rígido e inflexible como una camisa de fuerza a circunstancias, condiciones, idiosincrasias, historias y realidades muy distintas. No son las mismas problemáticas por supuesto las que se presentan en una ciudad de casi un millón de habitantes como Pachuca que las que se presentan en un pueblo en la sierra que no llega a tres mil habitantes como Tenango. En el modelo centralista es una sola persona la que toma todas las decisiones e impone sus condiciones por dedazo, y hay de aquel que no se alinee porque las represalias pueden llegar hasta eliminarlo del sistema.
A este estado de las cosas es a lo que se le llama la normatividad. Es lo normal. Es lo que hace la gente, en nuestro sistema por lo menos. La normatividad es un conjunto de reglas tácitas e implícitas, de las que no se habla pero convenidas por todos, de una manera conciente o subliminal, en las que cada quien sabe el papel que le corresponde y en las que no se cuestiona la validez, la necesidad o la pertinencia de las decisiones que vienen de más arriba. Porque la normatividad efectivamente está sujeta a interpretaciones, aunque la interpretación que suele prevalecer es precisamente la de aquellos que están más arriba en la jerarquía. Y todo mundo tiene que jalar parejo y ajustarse a la normatividad, para que las cosas puedan seguir funcionando como de costumbre.
Y pues sí, es importante ajustarse a la normatividad, pero más importante es que la normatividad se ajuste a la realidad. Si se insiste en no tomar en cuenta a la realidad a la hora de hacer planes y programas, tarde o temprano se va a tener uno que topar con ella. La realidad tiene la tendencia a seguir estando ahí por más que se empeñe uno en ignorarla, y todos los planes y programas que no la tomen en cuenta están destinados a fracasar, como es la triste y monótona historia de tantas reformas educativas que van y vienen en el campo mexicano mientras el rezago y el atraso se siguen manteniendo.
5. Propuestas van y propuestas vienen.
Bueno pues ahora sí ya podemos empezar a tratar otros asuntos, y la propuesta que nos envía Rosana es uno de ellos. Esta propuesta que más bien es impuesta es la más reciente encarnación de básicamente la misma propuesta que nos mandó hace un par de años y que en su momento ya tuvimos ocasión de comentar. En esta ocasión repito lo mismo que dije en aquel entonces, y esto es que los comentarios que voy a hacer a continuación son válidos únicamente en cuanto respecta a la situación en Tenango de Doria. Nunca he vivido ni dado clases en las otras sedes y no pretendo conocer sus circunstancias. Estoy seguro que cada una de las otras sedes tiene su propia problemática y le corresponde a los otros docentes hablar por ellas.
La presente propuesta ha mejorado con respecto a la anterior en varios detalles, pero los problemas de fondo siguen siendo los mismos, y de hecho se han hecho más graves. Estamos de acuerdo con todo lo que nos dice la autora sobre la importancia del inglés en el mundo moderno, y la conveniencia y necesidad de que los alumnos en la UPN tengan un conocimiento básico del idioma, con lo que no estamos de acuerdo es con los métodos, la metodología, el modelo, los lineamientos, las políticas y la visión que nos pretende imponer la autora sobre la manera como se debe de impartir la materia y como se debe de llevar el área.
La autora sigue tratando de modelar el área de inglés y en este caso su centro de lenguas de acuerdo al ideal de lo que ella considera que debe de ser un centro de lenguas y una universidad, y nos menciona el caso de universidades como La Salle o el Tec de Monterrey como ejemplos de lo que se debería de hacer en la UPN. La diferencia fundamental que existe entre los alumnos que asisten a alguna de esas escuelas y los alumnos a los que les doy clase en la UPN sede Tenango, y que no estoy seguro que la autora llegue a captar, es que los alumnos de esas escuelas y otras parecidas en ciudades como Pachuca, Monterrey o México pertenecen a un nivel socio económico cultural que les ha permitido una exposición constante al idioma inglés desde que eran niños, y muchos de ellos asistieron a primarias, secundarias y preparatorias privadas donde les enseñaban el idioma inglés y donde podemos presumir que el nivel de estudios era considerablemente más alto que en las telesecundarias y secundarias rurales a las que asistieron mis alumnos. Al entrar a esas universidades los alumnos por lo general ya tienen un conocimiento intermedio y bastante sólido del idioma, y no sólo eso, sino que tienen el interés por seguirlo aprendiendo. Para ellos, todas las opciones son válidas, y definitivamente tienen un mayor acceso a oportunidades para irse a estudiar maestrías y posgrados al extranjero; es algo que muchos de ellos lo contemplan como una posibilidad. Estas escuelas que tradicionalmente fueron siempre escuelas de elite se han ido democratizando con el tiempo y actualmente hay un buen segmento de población de clase media y media alta que asiste a ellas, pero no por eso dejan de estar completamente desconectadas de las realidades del otro México, del México rural que nadie ve y nadie escucha.
Yo pasé por la Universidad La Salle hace años, y al entrar a la universidad se asumía que los alumnos ya tenían un buen conocimiento general del idioma inglés y el que se nos impartía era un inglés técnico especialmente enfocado a la ingeniería. Puedo decir con conocimiento de causa que las circunstancias en las que estudié la universidad, la realidad cotidiana en la que nos movíamos mis compañeros y yo, las prerrogativas y expectativas sociales y culturales de nuestro entorno, la necesidad percibida que teníamos de aprender el idioma inglés y las oportunidades que teníamos de practicarlo, el interés y grado de atención individual y colectivo que había en clase y todos los demás factores que entran dentro de lo que se llama contexto eran radicalmente distintos de los que encuentro ahora en la sede Tenango. Son dos mundos distintos, y lo que funciona en un contexto definitivamente no tiene por qué funcionar en otro.
También pasé por el CELE de la UNAM. Ahí fue donde estudié el idioma japonés. Es cierto que la UNAM es una escuela pública como la UPN, pero la UNAM es la UNAM. Es la mejor universidad de Latinoamérica, con una matrícula de más de cien mil alumnos. En la ciudad de México, la ciudad más grande de América. Tampoco tiene nada que ver con la realidad y la problemática de Tenango.
El contexto es la clave. Ese mundo globalizado en el que tanto insiste la autora como si fuera el único futuro posible y deseable no existe en la realidad cotidiana de mis alumnos. Ese mundo de los negocios, del turismo, y de los intercambios académicos que nos menciona en su propuesta es completamente ajeno a ellos, como si fuera un universo paralelo. La mayor parte de ellos lo que quiere es estudiar una carrera que le permita obtener un empleo que le permita vivir con decoro aquí en la región. Son muy pocos los que contemplan o les gustaría irse a vivir o trabajar a otro lado, a pesar de que no es fácil encontrar empleo en la región ya que las plazas están muy peleadas.
Y a lo que voy con todo esto es que los modelos, las técnicas y las estrategias que se necesitan para motivar a los alumnos en la sede Tenango de Doria para que aprendan el inglés son muy distintos a los que se tienen que utilizar en otras sedes o en otras escuelas de otros niveles socioculturales. Son los modelos educativos los que se tienen que ajustar al contexto, no pretender que sea a la inversa.
El problema con la propuesta que nos presenta la autora es que sigue sin reconocer la importancia que tiene el contexto en el proceso de aprendizaje. No es posible ignorar las problemáticas educativas regionales ni pretender que no hay rezagos educativos ancestrales. Pero para la autora estas cosas no tienen la menor importancia. ¿Rezagos educativos ancestrales? Pero, ¿de qué me estás hablando? ¿Problemática educativa regional? Y eso, ¿con qué se come? Durante años estuve tratando de que Rosana se diera cuenta de que su modelo impuesto desde arriba no funcionaba en Tenango, de que con su modelo nunca iba a lograr despertar el interés de los alumnos por aprender el idioma inglés, de que ese modelo basado en universidades privadas como la Salle donde ella trabajó antes no tiene resonancia ni relevancia en la vida cotidiana de mis alumnos. Pero para ella las inercias del pasado y las realidades del presente no existen, o, en la medida en que las percibe, simplemente las anula por decreto. ¿Qué los alumnos de la UPN no tienen interés en aprender inglés? No importa, vamos a exigírselos como requisito de titulación. Si no conseguimos que lo aprendan por gusto pues lo van a tener que aprender a la fuerza. Rosana, que ignora por completo la problemática educativa rural de su país adoptivo, es incapaz de concebir que haya otros modelos que atiendan las necesidades de los alumnos de una manera más efectiva. Para ella solo hay un modelo posible, que es el que nos propone y el que nos impone.
Y todo esto lo digo por un pasaje en su propuesta que me parece altamente significativo y que me concierne personalmente. Cuando habla de sus metas a corto plazo la primera de ellas es la siguiente:
• Diseñar e implementar el Diplomado de Inglés para los alumnos de LIE en todas las sedes, excepto Tenango*, a partir de esta generación, así como diseñar las estrategias (mediante circulares) para establecer su “obligatoriedad”.
*NOTA: En el caso de la Sede de Tenango, debido a las dificultades para el aprendizaje del inglés por parte de los alumnos (según el responsable, pues no tienen el interés, ni la capacidad, ni la visión y además porque el contexto no lo amerita), se sugiere entonces, no contemplar la enseñanza de lenguas extranjeras en dicha sede.
Vaya. ¿Y qué significa esto? ¿Y yo cuándo dije que mis alumnos no tienen la capacidad o la visión o que el contexto no lo amerita? De que muchos no tienen el interés eso es definitivo, y ha sido mi labor despertar el interés de ellos por aprender la materia. Y lo más impresionante del caso es que lo he estado consiguiendo, contra todas las expectativas. Ellos tienen la capacidad de aprender, lo más difícil es conseguir que se interesen lo suficiente y que le vean una utilidad práctica para que hagan el esfuerzo. Sobre la visión, es cierto que ellos no tienen esa gran visión de un mundo globalizado a la que nos quiere llevar Rosana, y no tienen por qué tenerla, pero visión la tienen, por lo menos para distinguir cuáles son sus prioridades. Y en cuanto a que el contexto no lo amerita, se necesita que Rosana empiece a prestar un poquito más de atención a lo que lee. Siempre he dicho que el contexto es fundamental y que las políticas y los modelos educativos lo tienen que tomar en cuenta. Para información de la autora, el modelo y los métodos que estoy utilizando en Tenango me están produciendo muy buenos resultados, estoy consiguiendo que algunos de mis alumnos se empiecen a interesar por primera vez en su vida en aprender el idioma, y una vez que se comienzan a interesar lo empiezan a aprender. De que la metodología que utilizo funciona es algo que Rosana sabe perfectamente bien, o debería de saberlo si algún día se hubiera tomado la molestia de leer los comentarios de mis alumnos que yo le entregaba al final de cada semestre.
Es una lástima que en todo el tiempo que fue coordinadora Rosana nunca haya mostrado el menor interés o curiosidad por conocer mis métodos de trabajo, pero supongo que estaba tan preocupada porque me ajustara yo a sus políticas que era incapaz de percibir, reconocer o aceptar que puede haber otras metodologías que producen mejores resultados que la suya propia. Porque a fin de cuentas de eso es de lo que se trata, o no es así, de los resultados. La mejor metodología es la que produce los mejores resultados. Y quizás a Rosana lo que le hace falta es aprender otras metodologías, para ver si así consigue que sus alumnos acudan con gusto a sus clases en lugar de andar inventando toda clase de “pretextos” para no asistir. De hecho, llevo años insistiendo en que debe de haber un mayor intercambio de información entre los docentes, incluyendo las metodologías que utilizamos en clase, las problemáticas a las que nos enfrentamos y las cosas que se nos ocurran sobre cómo debe de llevarse el área y enseñarse la materia. Todos tenemos algo que aprender unos de los otros. Pero estas cosas parecen estar más allá del radar. El simple hecho de intercambiar material de apoyo entre los docentes parece ser un acto revolucionario.
O quizás no sean pretextos los que ponen sus alumnos. Es posible que sean razones perfectamente validas. Razones como el que no les interesa el idioma inglés, o no le ven una utilidad práctica, o que tienen otras prioridades. El día que Rosana le reconozca a sus alumnos el derecho a no estar interesados en su materia, y que es a ella a quien le corresponde despertar el interés de sus alumnos por aprenderla, sabiendo que no lo va a conseguir con todos, y mucho menos a la fuerza, y que todos los mecanismos de coerción que contempla para obligar a sus alumnos a que “aprendan” el inglés no solo no funcionan sino que son contraproducentes, y que en lugar de ganárselos a su materia lo único que consigue es que sientan apatía o aversión por ella, y que todo lo que aprendan bajo presión y por obligación rápidamente se les va a olvidar cuando ya no tengan la necesidad, porque solo lo que se aprende con gusto tiene permanencia, a lo mejor ese día va a cambiar radicalmente su visión de lo que es la educación, y empiece a obtener mejores resultados.
Y también empiece a respetar un poco más la labor que estamos haciendo los demás docentes. Habemos docentes que estamos produciendo mejores resultados en nuestras sedes que los que ella está produciendo en la suya, y esa es razón suficiente para que respete nuestro trabajo. Pero a Rosana las ideas que podamos tener nosotros sobre la educación y la manera en que las implementamos en nuestras sedes, así como los resultados que obtenemos con nuestros alumnos, es algo que le tiene completamente sin cuidado. A ella lo único que le interesa es que las cosas se hagan a su manera; su visión es exclusiva, y no hay espacio en su mundo dogmático y asfixiante para ideas o propuestas alternativas.
Hay otro par de pasajes significativos en su famosa propuesta y que son verdaderamente sorprendentes. En uno de ellos nos informa que el reglamento y las funciones de los docentes y responsables de su Centro de Idiomas se elaborarán tan pronto se conforme dicho Centro y se elija al nuevo personal que formará parte del mismo. Y hay otro pasaje por ahí en que nos dice que los docentes de inglés y de francés y de otras lenguas extranjeras serán preferiblemente de nuevo ingreso. Y hasta lo subraya, para que no quede ninguna duda. ¿Realmente? ¿O sea que los demás docentes que conformamos el área en este momento no contamos para nada? Los docentes que llevamos años trabajando en nuestras sedes, que conocemos el contexto y las circunstancias de nuestras sedes mejor que nadie, que tenemos años de experiencia en la enseñanza y la educación, que llevamos años trabajando en un proyecto para despertar el interés de los alumnos en nuestra materia y que cada año vamos consiguiendo mejores resultados, que nos hemos sabido ganar el respeto y la gratitud de los alumnos y que hemos creado lazos de afección, de camaradería y de empatía con los alumnos y con los demás docentes con los que compartimos nuestro espacio, ¿simplemente se nos hace a un lado porque la señora decidió que no hay lugar para nosotros en su nuevo centro de idiomas? ¿Pero en qué mundo vive esta mujer? ¿Estará realmente en su sano juicio?
La ex-coordinadora, que nunca ha sabido, podido, o querido asumir su condición de ex, sigue creyendo que el área de inglés es su propiedad privada, que ella es la única persona que sabe lo que es bueno para el área y que puede hacer con ella lo que quiera, y nos trata a los demás docentes como si fuéramos unos imbéciles incapaces de tomar la menor decisión sobre las cosas que nos conciernen a todos y a cada uno en su propia sede. El mismo desprecio con el que se refiere a los “pretextos” que ponen sus alumnos para no ir a sus clases, es el que siente por nuestras opiniones y nuestros métodos de trabajo. Para ella solo hay una manera de hacer las cosas, y va a hacer lo que sea necesario para que sea ella la que vuelva a decirnos como se tienen que hacer. Y para tal fin se inventa un nuevo centro de lenguas, basado en un modelo completamente ajeno a los intereses y las necesidades de por lo menos mis alumnos en la sede Tenango de Doria, en el que la persona que lo dirija va a tener poderes absolutos para correr del área a todas aquellas personas que le estorben o que no se plieguen a sus exigencias, y por si hay alguna duda sobre quién va a ser esa persona que se quede a cargo, Rosana se encarga de establecer los parámetros que permiten que la única persona elegible sea……ella misma.
Sobre el carácter que va a tener ese centro de idiomas desde su misma concepción no nos deja la menor duda al respecto: el centro de idiomas está moldeado a su imagen y semejanza, autoritario e intransigente. Así fue su coordinación, así va a ser su centro de idiomas. Todas las decisiones las toma ella, los lineamientos, las políticas, el programa de estudios, el libro de texto, la manera de evaluar a los alumnos, los formularios que hay que utilizar, todo, hasta los últimos detalles. La nueva directora del centro de lenguas se encuentra en control de todo. Y nos dice que hay que “contratar nuevos docentes para el área de inglés que estén dispuestos a trabajar en equipo y a cumplir responsablemente con los lineamientos que establece la universidad y el Centro de Lenguas”, lineamientos que, repito, es ella misma la que los establece. Para Rosana trabajar en equipo significa tener a un grupo de personas a sus órdenes que hagan exactamente lo que ella dice, que no tengan ideas ni criterio propio y sobre todo, sobre todo, que no cuestionen sus políticas y sus decisiones. Por supuesto, es un modelo antidemocrático, dictatorial, y como toda buena dictadura, su primer acto de gobierno es deshacerse de todos los elementos que le estorben, como Stalin con sus purgas. El primero en irse es el docente de Tenango, que tantos problemas le ha causado, y como ya se dio cuenta que nunca lo va a poder controlar pues la solución es sencilla: simplemente se elimina la materia de inglés en la sede Tenango. A grandes males grandes remedios. Y después va a ser el turno de todos los demás que no se alineen. Y si es necesario reemplazar a todos los docentes, así lo va a hacer Rosana, pero los que se queden van a tener que estar bien alineados. Y en el área de inglés se va a hacer lo que ella dice.
La palabra taboo en todo esto es control. También es la palabra clave. Es de lo que nadie habla, pero lo que explica todo. Básicamente de lo que se trata es de quién va a tener el control del área. Quién va a tomar las decisiones. Quién le va a decir a los demás qué y cómo se tienen que hacer las cosas. Y dentro de la visión autocrática, centralista y unilateral que tiene Rosana de la educación, sólo hay una respuesta posible. Ella misma. Y va a hacer lo que tenga que hacer con tal de seguir controlando el área.
Y es esta visión de la educación la que ultimadamente es el gran problema que tiene la propuesta que nos manda. Es esa visión de la educación como algo que se impone desde arriba, sin tomar en cuenta ni preocuparse en absoluto por las problemáticas y las necesidades reales de los alumnos, por los contextos en los que éstos viven, estudian y trabajan, y por sus motivaciones y sus expectativas. En esta visión el alumno no tiene voz ni voto y su única opción es conformarse y “pasar” o “acreditar” la materia, aunque para hacerlo tenga que recurrir a todos o a cualquiera de los trucos del oficio, y aunque lo poco o lo mucho que “aprenda” no le sea de ningún interés o utilidad y rápidamente se le olvide cuando pase su momento. El proceso de aprendizaje se convierte en una carga, una obligación o un requisito, no algo que se haga con gusto, con curiosidad y con entusiasmo. Es exactamente lo opuesto de lo que debe de ser el proceso de aprendizaje. En esta visión el papel del docente también es el de mero comparsa. Tampoco tiene voz ni voto, o tan solo nominalmente, sin que se le tome mucho en cuenta. Sus opiniones, su experiencia de trabajo en el campo con sus alumnos, o el éxito o avance real que consiga con ellos, son básicamente irrelevantes; lo único que importa es qué tanto se ajusta o no a lo que se le impone desde arriba. Se obliga a los alumnos y se obliga a los maestros, pero, como ya lo he dicho tantas veces, un modelo educativo basado en el control y en la coerción no puede ni nunca podrá obtener los mismos resultados que un modelo educativo basado en la cooperación, en la participación y en el auténtico trabajo en equipo.
Esta propuesta es otra más de las que vienen y se van y no dejan la menor huella, por lo menos en mi sede Tenango de Doria. Al ignorar y rechazar atender las problemáticas locales no se hace nada por resolverlas. Y como ya lo dije también, la realidad tiene la tendencia a seguir estando ahí por más que se esfuerce uno en ignorarla.
6. Sobre mi conflicto con Rosana.
Hubo un momento hace más de tres años en que fue para mí evidente que los programas, las políticas y lineamientos que nos imponía Rosana eran incapaces de atender y mucho menos resolver las problemáticas que existen en Tenango de Doria. Rosana no sólo desconocía por completo esas problemáticas sino que nunca les dio la menor importancia. Para mí el principal problema no era “enseñarle” a mis alumnos el idioma inglés sino que se interesaran en la materia y que la empezaran a ver como algo relevante en sus vidas, y esto requería de ciertas técnicas y estrategias específicas a la situación. Pero de todo esto ya he hablado tantas veces y en tantos otros ensayos. El caso es que desde el primer momento en que yo empecé a plantearle estas inquietudes a Rosana hubo una resistencia feroz, visceral, para impedir que se implementara cualquier método, técnica o estrategia que se apartara en lo más mínimo de las establecidas por la autoridad central. Hubo un último momento en que intenté establecer un dialogo, y le ofrecí a Rosana tratar de encontrar un punto medio en el que ambos nos sintiéramos cómodos y que funcionara mejor para los dos. Su respuesta fue contundente. En estos precisos términos me dijo que no pusiera yo condiciones, que me tenía que ajustar a los lineamientos establecidos y que si no me gustaba era libre de marcharme. Y como para no dejar ninguna duda de quién establecía esos lineamientos y quién tenía las riendas en la mano eso lo acompañó con otro más de sus oficios a la dirección en que recomendaba e insistía en que se me expulsara del área.
Fue a partir de ahí cuando yo supe que Rosana no tenía nada que hacer en la Coordinación de Inglés. ¿Un coordinador que no escucha, que rechaza el dialogo, que no tolera las opiniones divergentes? ¿Un coordinador que no solo ignora por completo la naturaleza de las problemáticas a las que se enfrenta sino que no les da la menor importancia? Una Coordinación es mucho más que redactar oficios y navegar la burocracia; una Coordinación es trabajar en conjunto con los demás docentes para tratar de encontrar los mejores cursos de acción para atender las problemáticas a las que se enfrenta cada sede. Es una labor en conjunto, y un requisito que yo considero esencial para hacer una buena labor en esta función es saber escuchar. Y esto es algo que ella nunca supo hacer, escuchar. Y en vista de su intransigencia la única opción que tuve fue cuestionar abiertamente su capacidad para imponer programas, políticas y lineamientos que no son adecuados y no funcionan en el contexto UPN sede Tenango. Y todos y cada uno de los ensayos que he escrito hasta la fecha, incluyendo el presente, han sido para defender esa posición. Lo único que he hecho es defender mi derecho de dar mis clases utilizando métodos que producen mejores resultados que los que Rosana obtiene en su propia sede y que son más adecuados al contexto en el que me muevo.
Y de paso he aprovechado para señalar algunas de las problemáticas más graves que he podido identificar en los años que llevo laborando en la Universidad. Las problemáticas educativas están por todos lados, y no es difícil darse cuenta de ellas, basta con saber, y querer, escuchar. Son los mismos alumnos los que hablan, y se quejan. Y en alguna ocasión les llegué a decir que trataría de hacer llegar sus voces a las autoridades competentes, y así lo hice en varias oportunidades, en todos y cada uno de esos ensayos, pero nunca se me hizo el menor caso; al contrario, se me mira como si fuera yo un excéntrico y se me trata con condescendencia y se me habla de la normatividad y se me ignora por completo, como si que la normatividad fuera una razón para no atender las problemáticas que se plantean, y mientras tanto muchos de los futuros educadores que estudian en la UPN Tenango solo tienen una idea de lo más nebulosa acerca del mundo en el que viven, y un buen número de ellos son incapaces de ubicar a países como Alemania o Venezuela en un mapa, y varios de ellos van a terminar trabajando en secundarias y dando clases de materias de las que no saben prácticamente nada, perpetuando el ciclo de la ignorancia. No sé si sea yo un exagerado o si es mi imaginación, pero a mí me parece que hay varias problemáticas que se deben de atender, y no por ignorarlas se van a ir a ningún lado. Quiero aclarar que al señalar estas problemáticas lo único que estoy haciendo es lo que un LIE debe de hacer: identificar problemáticas, señalarlas a las autoridades competentes y proponer cursos de acción.
Pero nada de esto le interesa mucho a Rosana. A ella lo único que realmente parece interesarle es que en el área de inglés se haga lo que ella dice. Rosana ya decidió que ella es la única persona que sabe cómo llevar el área, y que es la única persona que sabe cómo se debe de enseñar el idioma inglés, y que es la única persona capaz de tomar cualquier tipo de decisiones de entre todos los docentes que conformamos el área. ¿O no es así Rosana? Y no le bastaron los seis años que estuvo al frente de la Coordinación, ahora ya decidió que tiene que estar de nuevo en control del área.
Y te vas tú solita, en tu propio viaje, a hacer lo que se tenga que hacer para recuperar el control. A Gladis ya la hiciste completamente a un lado, y las ideas que ella tenga o haya tenido sobre la manera como se debe de llevar el área ya las descalificaste por completo, y no le haces el menor caso y la tratas como si fuera tu secretaria y te enojas y la regañas cuando no hace las cosas como tú piensas que se deben de hacer, y nos mandas mensajes cada vez más incoherentes y patéticos en que nos repites lo bien que funcionaba la Coordinación de Inglés cuando tú estabas al frente, y como TÚ, y solo TÚ, sabes lo que se tiene que hacer en una coordinación, y etcétera, etcétera, hasta el cansancio. ¡Dios mío, líbranos de las personas que se creen indispensables! Porque eres indispensable, ¿o no es así Rosana? Y nos endilgas tu más reciente propuesta para un centro de idiomas, propuesta adecuada para una universidad como La Salle o el Tec pero completamente ajena a la realidad de yo diría muchas de las sedes pero por lo menos de la mía. Y vas de aquí pa’lla y mueves cielo y tierra y convences a quien se tenga que convencer y persuades al que se deje persuadir y consigues que te aprueben tu propuesta al vapor, sin lanzar convocatorias ni someterla a oposición, con un clásico auto dedazo, de la manera más furtiva, y cuando finalmente nos enteramos del asunto es porque la propuesta ya está decidida y aprobada y si se nos pide nuestra opinión es solo para afinar los últimos detalles o para mantener las apariencias, y te importa un comino que hayamos docentes que tengamos diferentes opiniones sobre cómo se debe de llevar el área y sobre las metodologías idóneas para enseñar idiomas, y tanto nuestras opiniones como los resultados que obtengamos con nuestros alumnos en nuestras propias sedes es algo que te tiene completamente sin cuidado. Y cuando pedimos tiempo para elaborar nuestra propia propuesta nos concedes una semana y media y cuando no es suficiente y pedimos una extensión todavía te quejas y te haces la que no escuchas y sigues adelante y te vas solita y ni te vemos el polvo, y antes de que nos demos cuenta ya estas de nuevo de jefa de todo y antes de que nos demos más cuenta ya nos corriste a todos y te quedaste con tu nuevo equipo de trabajo.
O por ahí va el asunto. Prácticamente un coup d’état. Y por fin te deshaces de todos los que te estorbamos, y con eso ya va a ser la felicidad completa ¿o no es así Rosana? Ciertamente no eres nada sutil, ¿o seré yo el único que piensa que éste es un intento descarado por hacerte del poder y del control de nuevo?
Pero realmente, ¿qué es lo que te hace pensar que eres la única persona de entre todos nosotros que es capaz de tomar decisiones? ¿Y qué es lo que te hace pensar que tú, y solo tú, sabes cómo se tiene que llevar el área? ¿Y qué es lo que te hace creer que tus métodos y tus programas son los únicos efectivos y los más adecuados para enseñar idiomas? No hablas mejor inglés que yo, Rosana, ni con mucho. No eres mejor maestra que yo, Rosana, ni con mucho. Y no produces los mismos resultados con tus alumnos que yo con los míos, ni con mucho. Y estoy seguro que varios de mis compañeros pueden decir lo mismo. Entonces, ¿qué te hace creer que tú puedes venir a decirnos y a imponernos a todos los demás como se tienen que hacer las cosas? ¿Y que tu discurso es el único válido y que lo que hacemos los demás docentes no es permisible ni tolerable y que se tiene que extirpar del sistema?
¿Qué no te das cuenta, Rosana, que el problema en el área de inglés eres tú? Eres tú la que no sabes trabajar en equipo, en verdadero equipo, con todos los demás, de igual a igual. Eres tú la que quiere controlar el área, la que se quiere imponer sobre todos nosotros, la que eres incapaz de permitir otros discursos diferentes al tuyo. Piensas que lo que a ti te funciona, o crees que te funciona, o crees que te va a funcionar, o que ni siquiera te funciona en tu sede Pachuca, a fuerzas tiene que funcionar en las otras sedes. Quizás algún día te des cuenta que también puedes aprender de los demás docentes, que cada uno de nosotros tiene años de experiencia enseñando lenguas, y que tenemos métodos, técnicas y estrategias que nos funcionan en nuestras circunstancias, y que algo podrías aprender de ellas, si tuvieras un poquito más de curiosidad y no estuvieras tan ocupada y preocupada tratando de controlar a todos los demás para que hagan las cosas como tu las quieres.
Un equipo es un espacio de cooperación integrativa, en el que todos los participantes colaboran para el bien común y en el que se respeta la autonomía y la capacidad de decisión de cada uno de los miembros. Eso es un verdadero equipo. Y quizás si algún día aprendes a trabajar en equipo tú también nos puedas aportar algo valioso que nos deje algún legado significativo y que no sea tan solo una imposición o algo que se hizo por obligación. Y si no aprendes a trabajar en equipo con todos nosotros entonces eres tú la que estás de más. Vete a hacer tu centro de idiomas con tu nuevo equipo de trabajo a otro lado, a nosotros déjanos que sigamos haciendo la labor que estamos haciendo.
7. Conclusiones y propuestas.
- Sobre el diplomado de Inglés.
La idea del diplomado no se me hace mala en principio. De hecho es exactamente así como tiene que funcionar la materia de inglés, como una materia que los alumnos llevan durante las horas de clase durante cuatro semestres, y en la que los alumnos que cumplan con los requisitos establecidos y ultimadamente a criterio del docente, reciban ese diploma. Para algo les puede llegar a servir. Por lo menos para ponerlo en un marco y colgarlo en la sala de la casa. Y aquellos que no cumplan con los requisitos establecidos y ultimadamente a criterio del docente, no recibirán ese diploma. Y no pasó nada. Para aquellos alumnos que decidan que no tienen el interés o que no vale la pena hacer el esfuerzo por obtener ese diploma, pues simplemente no se les otorga y eso es todo. Desde mi punto de vista ese diploma no debe de ser un requisito de titulación. Por lo menos en mi sede yo no estoy manejando el aspecto coercitivo. No solo no funciona, sino que es contraproducente.
Y una vez que se establezcan las competencias generales y específicas a las que tienen que llegar los alumnos, y el nivel de conocimientos que tienen que apropiarse, el docente debe de tener un amplio margen para utilizar la metodología, los métodos, el programa, las técnicas y las estrategias que considere más adecuados en su propio contexto. Eso es ser flexible. Cualquier intento de homogeneización en esos rubros no va a dar resultado, porque cada sede tiene su propio contexto y sus propias problemáticas, y las estrategias deben de adaptarse a las problemáticas. Pero sí se pueden establecer los requisitos y parámetros mínimos, necesarios y suficientes para que se considere que los alumnos se hayan hecho merecedores de ese diploma. Esos requisitos y parámetros deben de ser establecidos entre todos los docentes, reunidos en academia.
- Sobre el centro de lenguas.
Vamos a ver si entendí bien de lo que trata este asunto. Rosana nos propone un centro de lenguas cuyo primer objetivo a corto plazo es eliminar la materia de inglés en la sede Tenango, seguido por la contratación de nuevos docentes que cumplan con un montón de requisitos que ella se encarga de establecer, así como se encarga de establecer los parámetros que permiten que la única persona elegible para obtener el puesto de director(a) del flamante centro sea ella misma, y se encarga de establecer punto por punto y hasta los últimos detalles todas las políticas y lineamientos que se tienen que seguir al pie de la letra en todas las sedes, y nos deja claro que todo este asunto del centro de lenguas no es más que un pretexto y un vehículo, nada sutil por cierto, para que ella nos pueda volver a decir a todos lo que se tiene que hacer y cómo se tiene que hacer. Las opiniones divergentes no serán permitidas y los elementos que no se ajusten a las condiciones que ella nos dicta serán eliminados. Y la señora cree que vamos a aprobar su propuesta. Digo, ¿o es ella o soy yo? Hay alguien por aquí que está completamente desconectado de la realidad.
Pues aquí digo claramente que esta propuesta no me representa, ni representa los intereses y las necesidades de mis alumnos en la sede Tenango de Doria. Esta propuesta no puede estar más ajena a su contexto, un contexto que la autora de la propuesta desconoce por completo y no le interesa conocer. A mí me parece que los únicos intereses a los que esta propuesta realmente sirve, son a los de ella misma. El interés de estar de nuevo en control del área.
Un centro de lenguas que nos represente a todos, si y cuando se llegue a cristalizar, va a tener que ser un espacio democrático, en el que las decisiones que nos afecten a todos se tomen por consenso y unanimidad, y en el que a cada docente se le respete el derecho de tomar las decisiones que le conciernan solo a él en su propia sede, y eso incluye la metodología, los métodos, el programa, las técnicas y las estrategias que considere pertinentes a su propio contexto. Aquellos tiempos, no muy lejanos, del centralismo unilateral, autoritario e intransigente, en el que una sola persona tomaba todas las decisiones y las imponía sobre todos los demás, sin tomar en cuenta ni importarle las opiniones de los demás docentes, sin tomar en cuenta ni importarle las realidades en el campo, y en el que se perseguía y se trataba de eliminar a las personas con opiniones y puntos de vista divergentes, se tienen que empezar a ver como lo que realmente son: como parte del problema y no la solución. Si ese estado de las cosas es lo que se entiende por normatividad entonces es la normatividad la que tiene que cambiar. O como dijo Paulo Freyre, si la estructura rechaza el dialogo, hay que cambiar la estructura.
Y mientras llegamos a ese punto, yo me quedo con la antigua Coordinación, con Gladis como coordinadora. Y esperemos que ahora sí se le dé un amplio margen de acción para que pueda maniobrar y a Rosana finalmente le caiga el veinte de que el área de inglés no es de su propiedad y deje de insistir en que las cosas se hagan a su manera. La Coordinación es perfectamente capaz de encargarse del diplomado de inglés, para eso no necesitamos de ningún centro de idiomas.
- Sobre la problemática educativa en la región Tenango de Doria.
Como ya lo he hecho notar en otros ensayos, esta región siempre ha estado muy aislada y se le considera económicamente marginada; hasta la fecha sigue siendo uno de los municipios más pobres del estado. La economía de Tenango es largamente ficticia. En la región no se produce nada, y todo el crecimiento económico de los últimos 20 o 25 años es debido a los empleos producidos por el incremento de bienes y servicios proporcionados por el estado, tales como escuelas, hospitales y toda clase de burocracias, y a las remesas que mandan los paisanos. En la región hubo una emigración masiva de jóvenes en edad de trabajar que se iban de mojados y se quedaban años o permanentemente en los Estados Unidos. Este movimiento migratorio se ha ido frenando en los últimos años, a medida que es más difícil y más caro cruzar y que las perspectivas de trabajar en los USA se han hecho menos atractivas. La dependencia total de la economía de Tenango en factores externos se hace evidente cada vez que hay una crisis en el país vecino, y bastó el colapso de la burbuja especulativa de bienes raíces en Estados Unidos en el 2008 para que la industria de la construcción se viniera para abajo aquí también en Tenango. Podemos suponer que a medida que la crisis económica se haga más grave en el país del norte los efectos se van a sentir aquí en seguida. De hecho, lo que la gente entiende aquí por globalización es que ya no llegan las remesas.
El boom económico de las dos últimas décadas ha permitido en cualquier caso un mayor acceso de la población a la educación, y cada vez son menos los jóvenes que se dedican a trabajar el campo y más los que cursan la educación media y media superior. Al mismo tiempo, la oferta educativa en la región ha ido mejorando tanto en calidad como en cantidad, pero el punto que es crucial entender aquí es que esta oferta es relativamente reciente. La primera telesecundaria tiene apenas poco más de cuarenta años de haberse establecido en la región, y el Colegio de Bachilleres no ha cumplido aún los 25. No es suficiente tiempo para cambiar las actitudes que la gente tiene con respecto a la educación y no se puede comparar con zonas urbanas donde la educación pública ya ha tenido la mayor parte del siglo pasado para consolidarse y llegar a todos los sectores de la sociedad. Hay rezagos educativos ancestrales; eso significa que el atraso viene desde mucho tiempo atrás y que hay necesidades que nunca han sido atendidas, y se traduce en bajos niveles académicos, en altas tasas de analfabetismo y deserción escolar, en ausentismo de alumnos y profesores, y en una general apatía hacia el estudio visto como una imposición. Los sistemas Conafe y telesecundarias están haciendo una labor admirable tratando de llevar la educación a los rincones más apartados del municipio, pero hay limitantes inherentes a cada sistema y al parecer un máximo nivel académico al que se puede llegar a aspirar. No sé cuál sea el porcentaje de niños que salen de primarias Conafe que sigan estudiando la telesecundaria, y cuál sea el de los jóvenes que salen de telesecundarias rurales y siguen estudiando el bachillerato, pero no es muy alto en ninguno de los dos casos. A todo lo largo del proceso hay mucha deserción, y quizás sólo uno de cada 10 niños que empiezan la primaria termina el bachillerato. Tan solo en bachillerato el nivel de deserción se aproxima al cincuenta por ciento, entre los que empiezan primer semestre y terminan el sexto.
Son pocos los alumnos que tienen el hábito del estudio, aunque esta situación ha ido cambiando, y, por ejemplo, en tan solo los seis años en que llevo dando clase en bachillerato y universidad en este municipio he notado una sensible diferencia tanto en cuanto al nivel académico de los alumnos como en actitudes hacia el estudio como en apertura hacia el mundo exterior. El progreso se va dando, pero es lento y requiere del esfuerzo, preparación, dedicación y compromiso de todos los participantes e involucrados en el sistema educativo. Se requiere también de políticas que tomen en cuenta las problemáticas locales y estén adecuadas al contexto.
La problemática educativa en la región Tenango de Doria es compleja y no hay soluciones fáciles ni fórmulas mágicas que permitan erradicar de un tajo los rezagos educativos ancestrales que se arrastran en la zona. Pero un primer e indispensable paso es reconocer que efectivamente hay una problemática. Solo a partir de ahí se pueden dar otros pasos subsecuentes que sean significativos. Y para poder percatarse de la naturaleza de la problemática, un buen paso es empezar a escuchar con un poco más de atención las voces de los principales interesados en la calidad de su educación, que son los alumnos.
Elaborado por David Cañedo Escárcega
Diciembre de 2011
Notas
1) Consideraciones sobre la problemática educativa en el campo mexicano. Este ensayo sigue siendo tan perfectamente vigente que en varias ocasiones estuve tentado de citar varios otros párrafos enteros en el presente ensayo. Convendría darle una segunda lectura, aunque sea para corroborar como efectivamente no hemos avanzado mucho y básicamente seguimos en las mismas.
____________________________
Anexos
Bueno, pues por fin hemos llegado a la parte más interesante, que son los anexos. El primero de ellos consiste en comentarios hechos por mis alumnos. Una de las grandes satisfacciones de ser maestro es la empatía y la camaradería que se consigue establecer con los grupos y con los muchachos. Estamos tratando con seres humanos, y cada mente es un mundo. En la aventura de la educación ser maestro es un proceso continuo, en el que de todos se aprende y en el que solo habemos los que llegamos antes y los que vienen después. Son ellos los que me enseñan el arte de enseñar.
Y el segundo anexo lo escribí solo por el gusto de escribirlo. Y por la relevancia. A alguien le puede llegar a interesar.
1. Las voces que uno recuerda.
En los ensayos que les pedí a mis alumnos, varios de ellos escribieron algunos comentarios sobre los métodos que utilizo en clase y sobre mi desempeño como maestro. Voy a dejar que sean ellos los que me evalúen.
Alma Karen
Con relación a todo lo que nos ha dicho el profesor David me doy cuenta que a diferencia de otros maestros que he conocido, él no solamente se enfoca en su materia de inglés sino que estudia otras cosas en sí él sabe mucho de cultura general algo que nunca había visto en ningún otro profe y no porque ellos sean ignorantes sino porque como dice el profe David al igual que los alumnos ellos no tienen el mínimo interés en saber algo más.
Por esta razón tengo que decir que el profe David ha sido uno de los tan pocos profesores que me han tocado que sabe mucho de su materia, sabe cómo enseñarla, sabe cómo llamar nuestra atención, hace muy relajada su clase y lo mejor es que no solo se enfoca en su materia sino que nos brinda parte de sus tantos conocimientos que tiene y en lo personal me gusta que lo haga.
En verdad me sorprende la ideología del profe David y digo que me sorprende ya que notablemente es para darse cuenta que él tiene una manera de pensar diferente, distinta a la de las demás personas y debo decir que me agrada mucho su manera de ver las cosas y que coincido en mucho con él.
De todos los maestros que me han dado clase nunca me había tocado un profe que tratara de que su clase fuera más fácil para nosotros por esto el método que utiliza el profe me gusta mucho y ahora es cuando me pongo a pensar que si todos los maestros en sus distintas clases hicieran lo que este profe hace los alumnos serían otros, las clases serían otras y estoy segura que para los alumnos el gusto por aprender y el nivel académico serían otros más favorables.
Perla
… Y un día llegó un profesor muy bueno también para el idioma extranjero que nos vino a enseñar otros métodos muy interesantes, métodos adaptados a nuestro contexto, a nuestro espacio inmediato que me despertó aún más el interés por el idioma inglés, claro que estoy hablando de usted profesor David. Usted me parece que es una persona crítica que observa las condiciones del medio y las adapta para una mejor comprensión del inglés.
Yo pienso que es así como muchos asesores deberían trabajar los contenidos, cambiándolos a los diferentes contextos de la sociedad, para así lograr mejor el aprendizaje, como le mencioné anteriormente, no solo del inglés, sino también de todas las asignaturas.
Marisol
Ahora que me encuentro en la universidad me gusta como da clases el profe y sobre todo porque busca la manera de que aprendamos y que no se nos haga pesado el trabajo, como el método de los dibujitos…entre otras cosas es alegre no es aburrido, y se preocupa de que nosotros aprendamos algo, y no solo de su materia.
A mí me gusta trabajar con los dibujitos y se me hace menos aburrido, y creo que de esta manera le entiendo más y se me hace menos complicado. Sí me interesa el inglés, aunque antes no me gustaba, o quizá se me hacía muy difícil y aburrido, pero ahora sé que en un determinado momento lo puedo llegar a necesitar es por eso que debo poner atención en sus clases y así mismo poner de mi parte para aprender más.
Yo veo que él se preocupa porque realmente aprendamos y eso es algo que muy pocos de los profesores que nos imparten clases en esta escuela les preocupa, algunos de ellos les da lo mismo si tenemos clases o no, o si les ponemos atención o no, en el caso de él es diferente ya que casi nunca falta y si lo hace es por un motivo realmente importante.
Maribel
Actualmente me gusta la materia de inglés, en la escuela nos la están enseñando bien y de una manera divertida, me gusta la forma en la que nos enseña el profesor implementa una manera en la cual aprendemos un poco del inglés y no se nos haga un obstáculo.
La verdad sí me parece interesante la clase del profesor David ya que nos implementa conocimientos que él tiene de otras materias y la verdad tiene toda la razón en lo que dice “Mínimo tenemos que saber lo esencial de lo que es y en donde vivimos, así como lo que nos rodea, ‘cultural general’”. Habemos muchos que en verdad no sabemos nada pero quiero que siga así la clase porque aprendemos cosas nuevas…
Miguel Ángel
… es cierto que las personas que tienen el poder solo se dedican a mandar e imponen métodos de enseñanza que en ciertos contextos no funcionan, por distintas razones, más sin en cambio jamás tienen el tiempo de observar la realidad de donde se imparte la educación; lo importante de lo que hace usted profe es que ha buscado la forma de cómo los alumnos les interese su clase, de acuerdo a las estrategias que implementa los alumnos pueden captar más fácil este idioma, por ejemplo mediante el manual donde muestra las imágenes y en el cual tenemos que descifrar en el idioma inglés se me hace más atractivo y creo que he aprendido algo que cuando estuve en la secundaria o en bachillerato, en donde le tomaban más importancia a los exámenes y en los que no aprendí nada y eso que entraba a todas las clases y eran tres clases por semana en donde el profesor solo se conformaba con estrategias que ya estaban implementadas y de alguna manera no tenía ni el menor interés de buscar otras estrategias para enseñar, en donde al final nos obligaban a aprender cosas necesarias para pasar un examen y que en uno o tres días se nos olvidaban, porque no teníamos el interés de aprender o no nos llamaba la atención la forma de cómo el docente impartía sus clases.
Orlando
Con respecto a todo lo que nos relata el profesor David en sus distintos trabajos y ensayos, me he dado cuenta sobre el conocimiento que posee sobre todo lo que nos menciona en cada momento y no tan sólo eso, su gusto por dar clase dentro de la institución, el interés de motivarnos a estudiar la materia de inglés es muy bueno, por esta razón me atrevo a decir que en realidad él, es uno de los mejores profesores con los que contamos dentro de la institución.
… Desgraciadamente es cierto que la mayoría de nosotros no tiene el menor interés en aprender el idioma inglés, quizás porque pensamos que nunca vamos a tener la menor necesidad de utilizar dicho idioma o porque simplemente no es necesario, pero no es todo, lo más sorprendente de todo esto es que aún sabiendo esto, el profesor David no se da por vencido y de alguna manera sigue buscando despertar el interés de sus alumnos por el idioma inglés utilizando su propio método, el cual para mí creo que es el adecuado, dejando todos aquellos mecanismos de coerción que solo se basan en obligaciones, de las cuales no tienes el interés mínimo, por ejemplo tener que aprenderte cosas de memoria, que no te interesan o que no te van a servir de nada, y si no nos interesa no lo vamos a aprender.
Por esto me detengo hablar un poco sobre su método de enseñanza en sus clases, con tan solo tener el gusto de transmitirles y compartirles sus conocimientos sobre cualquier materia la clase se hace un poco más flexible para que nosotros tengamos el gusto por aprender, de esta manera su método es inteligente ya que en ningún momento nos obliga a aprendernos nada a la fuerza, no nos pone a copiar ninguna lectura para que obtengamos alguna calificación porque la verdad para mí es ridículo, como también aprenderse o memorizarse respuestas de un examen, para que al final del mismo se te olvide absolutamente todo, al contrario, dentro de su método la participación en clase es absolutamente esencial ya que propicia que participemos voluntariamente en sus clases, de esta manera aprendemos interactuando sin obligarnos a aprender algo a la fuerza si no nos interesa, esto es algo muy ingenioso por parte de su método porque se ajusta a las condiciones y necesidades que tenemos dentro de nuestro contexto, y no tan sólo eso, en su método hace que aprendamos no por obligación sino por gusto de aprender algo que nos va a servir en nuestra vida.
Rolando
Los modelos educativos no se están preocupando por despertar el interés del alumno para aprender el idioma inglés por eso hay un alto porcentaje de desinterés por aprender este idioma. El profesor David Cañedo encargado de impartir la materia de inglés en la UPN sede Tenango de Doria quien cuenta con libertad de cátedra y trabaja con su propio modelo educativo nos menciona que el idioma se aprende con gusto o simplemente no se aprende, sin la necesidad de tener al alumno en clases obligándolo a memorizar algo que se le olvidará después de poco tiempo. Así también ha desarrollado una serie de técnicas, estrategias y dinámicas las cuales ha adecuado al contexto donde trabaja. Esto ha dado como resultado que sus clases sean más interesantes, menos aburridas y que los alumnos participen y reflexionen dentro de ella.
Recuerdo que cuando cursaba la secundaria las clases de inglés eran tan aburridas y poco interesantes que mis compañeros no entraban ni les interesaba en lo más mínimo aprender el inglés. Todo esto a causa de que los profesores trabajan con programas que les imponen desde allá arriba, que los encargados de elaborarlos desconocen por completo los contextos y como consecuencia son pocos los resultados favorables de los programas ya establecidos en los lugares más alejados de nuestro país.
Sabemos que la mayoría de los alumnos solo están estudiando la universidad solo para conseguir un empleo que será de lo que vivan toda su vida, pero sólo uno o dos son los que ven la posibilidad de seguirse superando y para estar cada día actualizándose y no ser como esos maestros que solo se quedan con lo que saben y no pueden dar una respuesta lógica a las preguntas de sus alumnos…
Matilde
La materia de inglés me pareció muy interesante y divertida ya que el profesor nos enseñó bien sus clases y no estuvo aburrida la clase, de igual forma utilizamos un método diferente, y me gustó mucho este método y como lo aplicamos. Pues bien, sé que este curso me va a servir si es que algún día voy a dar clases en una escuela.
Le doy gracias profe David porque supiste dar bien tus clases y sé que dominas bien el inglés, pero también siempre comprendiste nuestra situación de cada uno de nosotros, espero que el siguiente curso utilices el método porque la verdad sí funciona, yo por mi parte aprendí muchas cosas que yo no sabía antes y espero que lo que aprendí de este curso y los demás nunca se me olviden.
Qué lástima que ya no nos va a dar clases, pero a mí me gustaría que si algún día yo necesitara tu ayuda, si me puedes ayudar, lo cual sé que este curso es muy importante porque aprendes muchas cosas diferentes.
Para mí el material que nos proporcionó es útil, porque era un método que jamás nos habían presentado, ya que era algo muy diferente de los cursos que habíamos tenido antes, sin embargo los ejercicios que venían en el método son muy interesantes y no se sentía muy complicado a la hora de resolverlos.
Me es grato decirte que muchas gracias, por haber dado este curso por cuatro semestres y sé que lo voy a valorar todo lo que a mí me enseñaste, porque algún día lo voy a utilizar o necesitar.
“Muchas gracias”
Jeanet
Me agradó la manera en que se impartieron los cursos ya que el asesor tomaba en cuenta que a pesar del nivel educativo en el que estamos no teníamos mucho conocimiento del inglés, por lo que las clases se iban trabajando a la par de nuestro ritmo de aprendizaje. Resultó para mí un buen acierto del asesor la implementación de un nuevo método para el aprendizaje del inglés ya que este método usado ayudaba a que en base a imágenes construyeras oraciones que iniciaban fáciles y se iban estructurando más conforme se avanzaba en las lecciones; gracias a este método reforcé los conocimientos de inglés de los cursos pasados. Sólo que me hubiera gustado que este método lo hubiéramos llevado en los primeros cursos.
Le agradezco mucho al asesor porque en particular su manera de dar clases porque le pone énfasis en el interés del alumno que es la base de todo aprendizaje, además de que siempre nos tomó en cuenta y nunca faltó a sus clases.
Recuerdo que en una ocasión teníamos clases pero la escuela estaba cerrada en horas hábiles, el asesor en lugar de decir que ya no habría clases fue a pedir permiso en la biblioteca pública para que tengamos clases ahí, ésta es una de tantas muestras de que existe un interés en su materia y en nosotros.
En lo personal, además de ser un asesor interesado en sus alumnos, nos comprendía cuando por razones personales no podíamos acudir a su clase. El asesor además de sus clases nos platicaba y hacía reflexionar en los problemas que nos rodean en el contexto donde estamos como lo son el problema del descuido en el medio ambiente, la contaminación, el impacto de la tecnología en la vida, las deficiencias del sistema educativo, etc.
Me agradaría que posteriormente nos pudiera dar algún curso o alguna materia ya que su metodología me parece interesante y más que nada única. Gracias profesor David me dio mucho gusto ser su alumna.
Angelina
El curso de inglés que se desarrolló a lo largo de cuatro semestres, fue muy productivo, ya que se dio la posibilidad de que todos participáramos y al mismo tiempo aprendiéramos, ya que el asesor fomenta un ambiente cordial y participativo, donde todos teníamos la oportunidad de opinar.
Su método de evaluación fue muy bueno, ya que el evaluaba lo que nosotros aprendíamos y no lo veía reflejado en un número, que en ocasiones haces cualquier cosa por aprobar las materias con una calificación excelente pero realmente es poco lo que se nos queda ya que solo queremos aprender o estudiar solo para pasar un examen pero pasa el tiempo y esto se olvida, en cambio con esto, además de que no te preocupas por pasar una materia, pues estás aprendiendo.
El método que utiliza parece que funcionó como el asesor lo esperaba, y pues a mí me facilitó más el aprender más, ya que este manual te ayudaba a relacionar una imagen y poder describir la situación que estaba reflejando y desarrollarlo en inglés.
Felicito de antemano al asesor, que me dejó mucho, como persona, y por haber ampliado mis conocimientos. Gracias, por el curso y por lo que aprendí.
Isabel
Mi opinión acerca de la materia de inglés en la UPN Tenango es de que los métodos que implementa el docente, es muy bueno, ya que en este curso hemos podido reforzar nuestros conocimientos en esta materia.
El docente domina muy bien el idioma inglés, y esto le favorece para poder brindarnos una buena enseñanza. Lo que más me admiro de este docente es que él no faltó a ninguna clase.
Pongo este ejemplo, ya que desgraciadamente en esta institución los demás docentes y el director faltan mucho a la escuela. Existen docentes que solo se llegan a presentar una o dos veces a la semana y dan por vistas la mayoría de las lecturas de las antologías, aún sabiendo que no fueron vistas. Este es el mayor problema de esta institución, así como también se podría hablar acerca de la falta de mantenimiento a las aulas de la institución, ya que se encuentran en muy mal estado.
Herlinda
Durante este semestre el curso de inglés que nos impartió el profesor David Cañedo me pareció muy importante y me agradó la forma de dar la clase porque él tiene muchas habilidades o estrategias para dar la clase y evitar que los alumnos se aburran o se salgan de la clase. Este maestro durante este semestre nos brindó una técnica más fácil para aprender, el nuevo método nos ayudó mucho, comprendimos que el inglés no es tan difícil cuando el maestro te apoya con el material didáctico para aprender más.
Además el profesor David es muy comprensivo y ninguno de los demás catedráticos busca formas y técnicas para enseñar.
Blanca
Para mí la clase de inglés es muy interesante a pesar de que antes de entrar a la escuela el inglés se me hacía muy aburrido, pero con el método que utilizó el profesor para enseñarnos empecé a tomarle mucho interés a las clases, se hacen divertidas e interesantes.
Además el profesor sabe dar sus clases muy bien y para mí es un ejemplo a seguir, sabe explicar muy bien y gracias a eso he obtenido un aprendizaje significativo; esto en base a que es un profe muy responsable, cumple con su horario y tiene paciencia para explicarnos las cosas y busca diferentes estrategias de aprendizaje para que sus alumnos comprendan y su objetivo es que al menos lo básico lo podamos aprender y ahora que está finalizando el semestre puedo darme cuenta que su objetivo ha sido logrado y no solamente en mí, sino en todos mis compañeros.
Sus clases son interesantes a partir del gran avance que logró en nosotros, puedo decir que “la clase de inglés es la mejor”.
Como última observación puedo afirmar que lo que hoy conozco sobre educación, y educación ambiental, entre otras cosas es porque un profesor llamado David Escárcega fue el que nos asesoró acerca de estos temas y de mi parte me hizo reflexionar acerca de la importancia de la educación pero desde su perspectiva, porque esa es la verdadera realidad.
Norma
El semestre que acaba de concluir para mí fue bueno y a la vez malo, en lo que fue la asignatura de inglés de mi punto de vista fue bueno en lo personal aprendí muchas cosas, la forma de trabajo del profesor me pareció muy buena ya que las clases son interesantes y dinámicas, lo que más me agrada es la actitud del profesor ya que es responsable en la materia y trata siempre de dar su clase y es muy buena. Considero que esta materia es indispensable en nuestra carrera ya que tenemos que enfrentarnos a diferentes instituciones y hoy en día el inglés es indispensable por eso considero importante llevar esta asignatura.
Comentaba anteriormente que había cosas malas dentro del semestre ya que hubo muchos profesores con mucha irresponsabilidad que no ponen interés en su docencia trayendo como consecuencia el fracaso escolar dentro de esta institución.
Viviana
…ahora que estoy en la UPN puedo decir que gracias a usted he aprendido muchísimo, todo está bien en su materia, además que tiene razón en decirnos que la mayoría de nosotros vamos a terminar dando clases y la verdad sería bueno tomar conciencia, pero le puedo decir que algunos de mis compañeros no tienen visión del futuro. A mí me interesa aprender porque mi sueño es algún día estar trabajando con jóvenes impartiendo la materia de inglés. Estoy en UPN porque fue mi única opción de estudio, porque soy casada y mis múltiples ocupaciones, hacen que la escuela sea flexible tanto en tiempo como en cercanía, me permite estudiar y a la vez cuidar de mi hijo.
Y si alguna vez no entro a su clase es por lo mismo, de que no tengo quien cuide a mi hijo o porque no encuentro como realizar otras tareas de otras materias, pero créame que a mí me gusta mucho el inglés y de verdad algún día espero practicarlo y más adelante enseñarles a otras personas. Porque los maestros de profesión y de vocación, para eso se hacen para algún día regalarles esos conocimientos a otros y no sólo para ganar un sueldo. Siga así, no es ni usted ni la asignatura, somos nosotros que no vemos más allá de nuestros ojos. No sé cuantos semestres nos vaya a dar la materia pero los aprovecharé al máximo y cuando no pueda ir a su materia de verdad no es porque no quiera ir sino porque estoy ocupada en otras cosas de mi casa.
Jovani
…en lo particular admiro en gran manera a las personas que tienen cualquier tipo de conocimientos y experiencias, admiro la valentía que cada uno de ellos tiene para realizar las cosas, y que por medio de sus acciones han adquirido un enorme y gran cantidad de conocimientos, a través de lo que han conocido, lo que han oído y han visto con sus propios ojos. Y que de verdad me gustaría algún día ser como una de esas personas, y tengo ese deseo de salir y conocer lugares que nunca había visto y conocido en mi vida, salir a conocer otras culturas que realizan la gente de otras naciones y lugares, en mi vida tengo esa inspiración, ese anhelo, de conocer más de lo que conozco hasta ahora, deseo de visitar lugares donde nunca jamás había sido visitado por las personas, y no solo de visitarlos, sino de saber y conocer el porqué de las culturas que se realizan en otros lugares del mundo, y en lo personal admiro enormemente a una persona que conozco, tanto que para mí es un modelo a seguir, a esa persona que no se conformó ni se conforma con lo poco que sabe o tiene, sino que ha buscado la manera de enriquecer y acrecentar sus experiencias a través de sus hazañas, que a pesar de sus limitaciones, barreras y las distancias, no se dejo vencer sino que se fue en busca de lo que realmente anhelaba ser y que finalmente lo consigue, y esa persona es usted profe David, mis respetos; sabe, yo realmente no sé ni conozco de lugares, mucho menos de sus culturas, pues en el contexto en donde nací y crecí, y además todos los obstáculos que la vida me ha puesto en mi transcurso de desarrollo como persona, como la timidez, la falta de recursos, y además ahora por mis condiciones de salud, ni soñar, ya no puedo hacer las cosas desgraciadamente…
Collage de opiniones
“Yo considero que la clase de inglés es super interesante xq’ este semestre aprendí muchas pero muchas cosas importantes con el método que aplica el profe David, su clase del profe es muy dinámica y no es aburrida. El profe es muy inteligente xq’ le interesa que sus alumnos aprendan, el método que utilizó para sus alumnos es muy bueno porque estamos aprendiendo muchas cosas en poco tiempo y el método sí nos funcionó, también quiero mencionar que me gustaría que llevemos otro semestre más.”
“Durante este semestre el curso de inglés me pareció muy interesante. El docente hizo lo posible para que nosotros comprendiéramos, y lo que no entendíamos nos explicaba. Como también el docente buscó un método para que a nosotros se nos hiciera fácil entenderlo, este método por lo tanto nos dejó buenos aprendizajes, me pareció interesante, y así la clase no fue aburrida durante todo el semestre. El asesor puso todo de su parte, nunca faltó, todas sus clases las dio interesantes, buscaba métodos, técnicas para que los alumnos comprendieran el inglés.”
“…yo considero que el sistema educativo que nos imparte el profesor es agradable, además de ser un buen profesor y no solo en su materia, yo lo considero como uno de los mejores dentro de esta institución. La manera de dar sus clases es muy buena hasta estos momentos y las ganas que tengo de aprender son mucho más.”
“La clase de inglés me parece muy interesante para empezar el profesor da sus clases muy interesantes y el método que estamos llevando nos ayuda demasiado; porque nos ayuda en tener buena pronunciación, como en la comprensión y la verdad en esta materia me ha ayudado bastante a descubrir cosas interesantes sobre el inglés, como había dicho anteriormente el profesor da muy bien sus clases, y yo he avanzado, y en lo personal le agradezco a mi profesor que nos ha sacado adelante porque la verdad ningún maestro da sus clases como el profesor David.”
“…en este método la forma de trabajo se trata no de aprenderse de memoria todo lo que se ve, mucho menos estar leyendo, sino de comprender y de captar todo lo que se enseña. Y la manera de lograr para que los alumnos puedan aprender el inglés es que solamente en los alumnos nazca en ellos el interés por aprender cosas nuevas, a lo que me refiero es que jamás se aprende por la fuerza, no se trata de obligarles a los alumnos a que lleven una materia o clases que no les interesan, y por lo tanto la metodología que aplica el profesor David es de verdad interesante y está dando resultados y los alumnos están aprendiendo.”
En resumen, la metodología funciona. Los alumnos aprenden más cuando no lo ven como una obligación, sino que se crea un ambiente cordial y participativo en el que todo mundo tiene derecho a opinar. Lo he dicho en otras ocasiones, lo vuelvo a decir aquí: un idioma se aprende con gusto o no se aprende. La mejor metodología consiste en tratar de despertar el interés de los alumnos por la materia, sabiendo que no todos ellos tienen porque interesarse de la misma manera, y dejar que aprendan a su propio ritmo. No hay que olvidar que estamos tratando con seres humanos, que cada uno de ellos es único y diferente y que solo una visión humanista de la educación es la que deja huellas permanentes.
____________________________
2. El dilema de la humanidad en el siglo 21.
En realidad no es difícil de entender, pero hay que comenzar desde el principio.
Todos los seres vivos necesitamos energía, y esa energía proviene del sol. Las plantas verdes, las algas y algunas bacterias capturan energía en forma de luz y la transforman en energía química. Prácticamente toda la energía que consume la vida de la biosfera terrestre —la zona del planeta en la cual hay vida— procede de este proceso llamado fotosíntesis en el cual se absorbe el dióxido de carbono libre en la atmósfera que en el caso de las plantas se convierte en parte de su tejido orgánico y a cambio se libera oxígeno. Durante la mayor parte de la evolución del planeta tierra la atmósfera era irrespirable, y había una densa capa de gases producto de millones de años de actividad volcánica y del estado incandescente del interior del planeta. La vida surgió en los océanos hace unos 3500 millones de años y ahí se quedó durante un largo tiempo y no fue hasta hace apenas unos 500 millones de años cuando la vida empezó a trasladarse de los océanos a las superficies emergidas. Las primeras formas de vida que poblaron los continentes fueron las plantas, y durante cientos de millones de años hubo enormes bosques de helechos y todo tipo de vegetación en las superficies emergidas que junto con las algas y las cianobacterias de los océanos se encargaron de limpiar el exceso de dióxido de carbono y otros gases en la atmósfera y la hicieron respirable. Solo entonces otras formas de vida empezaron a adaptarse a vivir fuera de los mares. Primero fueron los anfibios, luego los reptiles y las aves y todos los demás hasta llegar a los mamíferos. La proporción actual de dióxido de carbono en la atmósfera es del 0.04 %, que es suficiente para mantener el ciclo del carbono y permitir la fotosíntesis.
Los restos de toda esa vida orgánica acumulada durante cientos de millones de años quedaron atrapados en enormes depósitos de sedimentos que por su propio peso se fueron hundiendo en el fondo de los lechos marinos y con la presión de las capas superiores y el calor del interior de la tierra su temperatura aumentó cientos de grados y se siguió cocinando a fuego lento hasta convertirse en lo que llamamos combustibles fósiles, o sea el petróleo, el carbón y el llamado gas natural. Este proceso de formación del petróleo y otros combustibles fósiles representa la energía del sol capturada por las algas, las plantas y otros organismos vivos durante cientos de millones de años, así como también representa billones de toneladas de carbono que fueron secuestradas de la atmosfera de manera que ésta se hizo respirable. La vida tiene la capacidad para transformar las mismas condiciones del medio ambiente que permiten más vida; al limpiar el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera la vida pudo extenderse hasta los confines más remotos y las condiciones más inhóspitas. El petróleo y los otros combustibles fósiles son altas concentraciones de energía que fueron, por así decirlo, retiradas de circulación, al mismo tiempo que se limpiaba la atmósfera y se permitían las condiciones ideales para el desarrollo de la vida.
Todos los ecosistemas tienden a la homeostasis, o un estado clímax de equilibrio dinámico; éste es el estado de mayor complejidad y diversidad posible. Mientras más diverso es un ecosistema, es más flexible, más adaptable, y más resistente a las fluctuaciones del medio ambiente; asimismo se recupera más rápidamente en caso de alteraciones o catástrofes que lo afecten. Un ecosistema diverso es un ecosistema sano. La biósfera es el mayor de los ecosistemas; es el ecosistema que comprende a todos los demás, y a lo largo de millones de años ha desarrollado toda una serie de mecanismos de autoregulamiento que permiten las condiciones idóneas para la vida. La vida llama más vida, y la vida consiste en una red de relaciones de complejidad infinita en la que cada especie y cada individuo encuentran un nicho al que está perfectamente adaptado y que le permite sobrevivir y reproducirse. Al cambiar las condiciones del medio ambiente, ya sea gradual o abruptamente, los organismos y las especies se tienen que adaptar a las nuevas condiciones, y los que no lo hacen quedan fuera del juego. La adaptación es la clave, y al mismo tiempo que los factores ambientales condicionan a los organismos, éstos transforman las condiciones de su medio ambiente, a muy pequeña escala a nivel individual pero con efectos cumulativos. Todo ecosistema tiene un límite a la cantidad de vida de cada especie que puede mantener; este límite o capacidad portativa del ecosistema es al que tiende toda población cuando hay abundancia de alimentos y ausencia de depredadores, pero no se puede sobrepasar sin que haya consecuencias. La naturaleza puede ser muy pródiga, pero también puede ser muy cruel e indiferente.
A lo largo de los tiempos ha habido millones de especies que han venido y se han ido. Actualmente se piensa que hay entre 5 y 15 millones de especies distintas, que representan tan solo el uno por ciento de todas las especies que han existido. En circunstancias normales una especie vive entre uno y diez millones de años; la nuestra, el homo sapiens, tiene tan sólo 200,000 años de existir como tal, o sea que somos una especie relativamente joven. Durante la mayor parte de este tiempo el número de individuos de nuestra especie fue muy bajo y el impacto que teníamos en el medio ambiente era reducido. A partir de la implementación gradual de la agricultura y la sedentarización de los grupos humanos que se empezó a dar hace unos diez mil años los números de nuestra especie fueron aumentando, al principio lentamente, y surgieron las civilizaciones que son sociedades altamente jerarquizadas donde hay una división del trabajo y especialización de funciones, y donde no toda la población activa se dedica a la producción de los alimentos; la gran ventaja de la agricultura sobre la caza y recolección es que permitió un excedente de alimentos que se podía almacenar, y con esto una parte de la población se podía dedicar a otros menesteres, y así fue como surgieron las élites políticas, religiosas, económicas y culturales. Fue el excedente de alimentos la que permitió y provocó la estratificación y jerarquización de las sociedades.
Y a todo lo largo del camino en este proceso que se llama historia la principal fuente de energía que utilizaba el ser humano en sus actividades de todos los días era la leña, así como el uso localizado del viento para mover molinos o barcos de vela, así como el uso de animales de carga y de labor para arar los campos, así como el uso y la explotación del ser humano por el ser humano para hacer todas las labores necesarias para que funcionara la sociedad. Todas las civilizaciones que han existido a lo largo de la historia hasta la fecha han sido esclavistas, y el esclavismo ha sido la manera en que se han construido todos los templos, pirámides, palacios, murallas, y demás restos que nos quedan de la grandeza o delirios de grandeza de esos pueblos.
Y pasó el tiempo y el número de humanos fue creciendo y las necesidades de energía se fueron haciendo mayores y hace apenas dos siglos y medio que entramos de lleno a la fase actual del impacto que nuestra especie ha tenido y tiene sobre el planeta tierra. Si vemos la historia de la humanidad en relación al impacto que nuestra especie ha tenido sobre el medio ambiente los dos últimos siglos son el capítulo en el que la curva se dispara para arriba. La curva es una hipérbola que durante mucho tiempo creció lentamente, y a partir de cierto punto de inflexión se dispara para arriba de manera exponencial. Ese punto de inflexión fue el inicio de la llamada revolución industrial a mediados del siglo 18. Fue un momento histórico específico, y unas condiciones sociales específicas, así como el uso del carbón como principal fuente de energía, las que permitieron un cambio radical en la manera como se producía y se explotaba y se relacionaba el ser humano con su medio ambiente. El cambio radical consistió en la escala de las operaciones. A partir de cierto punto la tierra dejo de ser el hogar en el que vivimos y la madre que nos sustenta y se convirtió en una simple proveedora de “recursos” naturales. El nuevo sistema de producción necesitaba de una ideología que lo justificara, y se inventó el llamado capitalismo, en el que todo, absolutamente todo, se convierte en una mercancía, regulada por las leyes del “mercado”, y con una mitología poderosa, irracional, firmemente anclada en el subconsciente colectivo, que se ha convertido de facto en la religión no oficial de una buena parte de la humanidad. Este es el mito del progreso y del crecimiento económico indefinido. Se cree que estamos por encima de la capacidad portativa de nuestro planeta, que estamos por encima de las leyes de la historia y de la naturaleza, y que podemos seguir creciendo indefinidamente en un mundo finito. Para la humanidad no hay límites, y la tecnología nos va a sacar de todos nuestros problemas, y de aquí nos vamos a ir a colonizar otros planetas, y mientras tanto el impacto que tenemos sobre éste es devastador, estamos llevando a miles de otras especies a la extinción, acabando con la diversidad biológica de nuestro planeta, acabando con los bosques y la vida de los océanos, y arrojando millones de toneladas de desperdicios cada día al medio ambiente, y nos las hemos arreglado para alterar los mismos mecanismos de autoregulamiento del planeta Tierra provocando un cambio climático a escala global, y todo en nombre del dios del progreso y del crecimiento económico continuo.
Durante los primeros cien años de la revolución industrial el carbón fue suficiente para satisfacer las necesidades del sistema productivo, pero este sistema siguió creciendo y llegó un momento en que el carbón ya no se dio abasto; el sistema tenía que seguir creciendo y se necesitaban otras fuentes de energía. Y en algún momento se descubrió que el petróleo era una fuente de energía más concentrada, más práctica, más fácilmente extraíble y más maniobrable que el carbón, y que había enormes depósitos de petróleo en diferentes partes del planeta, solo era cuestión de encontrarlos. El primer pozo petrolero fue horadado en 1859 en Pennsylvania, Estados Unidos, y su uso fue aumentando gradualmente, pero fue con la invención del automóvil a finales del siglo 19 cuando el petróleo encontró su razón de ser. El automóvil fue el invento que revolucionó los medios de transporte, y de repente todo mundo quiso tener uno. Y llegó Henry Ford con su sistema de producción en serie y para 1915 en su fábrica de Highland Park cerca de Chicago estaba produciendo un automóvil cada 10 segundos, con un ritmo anual de 2 millones. Para 1929 la producción anual de automóviles en Norteamérica era casi de 5 millones de unidades, y más de medio millón en Europa occidental. En la actualidad hay alrededor de 900 millones de automóviles en el mundo, uno por cada 4 personas adultas.
Y nos hicimos adictos al petróleo. Nos apropiamos de las reservas de petróleo almacenadas durante millones de años y nos pusimos a quemarlas alegremente, de la manera más irracional posible. Le encontramos toda clase de usos, y en tan solo poco más de cien años nos hicimos tan completamente dependientes de la substancia que nuestra sociedad moderna no podría funcionar un solo día sin él. El petróleo es la sangre que corre por las venas de nuestra sociedad industrial. Su uso más obvio es en el transporte y se han construido millones de kilómetros de carreteras para que su majestad el automóvil pueda llegar a los rincones más recónditos del planeta. Toda la red de distribución de mercancía a escala global, incluyendo los alimentos, está basada en el consumo del petróleo barato, y cualquier producto que compremos en la tienda, incluyendo los alimentos, tuvo que recorrer cientos o miles de kilómetros para llegar al estante de donde lo adquirimos. Los alimentos ya no se producen localmente, los jóvenes ya no quieren trabajar la tierra, y hay todo un sistema de agricultura industrial basado en el petróleo barato encargado de la producción y la distribución de los alimentos. Porque no solo es la distribución sino también la misma producción de los alimentos la que es completamente dependiente del petróleo. La agricultura industrial basada en monocultivos no podría mantener la fertilidad de la tierra necesaria para producir los millones de toneladas de alimentos que se consumen anualmente si no fuera por dosis masivas de fertilizantes derivados del petróleo que se le inyectan a la tierra, así como dosis masivas de herbicidas e insecticidas también derivados del petróleo que son necesarios para mantener a raya a las plagas en los monocultivos.
Hay toda una industria petroquímica que se encarga de producir toda clase de productos derivados del petróleo que se han vuelto indispensables en nuestra vida moderna, empezando por los plásticos que son ubicuos y parecen estar en todos lados. Y de ahí se siguen las pinturas, adhesivos, solventes, diluyentes, resinas, detergentes, ceras, vaselina, queroseno, PVC, poliéster, nylon, asfalto, medicinas, polímeros, poliuretano, poliestireno, y etcétera, etcétera. Todos son derivados del petróleo. Y también, y muy principalmente, la generación de electricidad. ¿Qué haríamos ahora sin la electricidad? Pues resulta que en promedio el 70 por ciento de la energía eléctrica producida en México y en el mundo proviene de enormes centrales termoeléctricas altamente contaminantes que están quemando enormes cantidades de carbón, gas natural y petróleo para producir el fluido eléctrico; un 20 por ciento es producido en centrales hidroeléctricas y el resto en centrales nucleares. Menos del uno por ciento de la electricidad producida en el mundo proviene de las llamadas energías alternativas.
Y como el petróleo se usa para todo la demanda ha aumentado exponencialmente. En la actualidad la producción y consumo a nivel mundial es de 90 millones de barriles diarios. Un barril es de 42 galones, o 159 litros, dando un total de 14 300 millones de litros diarios. Es una cantidad enorme. Si pusiéramos esa cantidad de petróleo en un contenedor de 100 metros por 100 metros de base, o sea una hectárea, tendría una altura de 1430 metros, o sea casi un kilómetro y medio. Esa es la cantidad de petróleo que nuestra sociedad industrial necesita cada día para poder seguir funcionando. Y no es suficiente. La demanda va en aumento. Países como China e India se están industrializando a pasos agigantados, todo mundo quiere tener un mejor nivel de vida, y se necesita más energía. La demanda proyectada para el año 2025 es de 123 millones de barriles diarios.
Pero hay un pequeño detalle. Resulta que el petróleo como el resto de los combustibles fósiles, son recursos no renovables. Eso significa que una vez que nos los acabemos, nos los acabamos para siempre. Por más grandes que sean las reservas, en algún momento se van a empezar a agotar. Y es posible que ese momento ya esté llegando. La producción de petróleo a nivel mundial se ha estancado desde hace varios años, y cada vez lo tienen que ir a buscar a lugares más inaccesibles. Todo el petróleo de fácil explotación ya ha sido explotado, y ahora se tiene que ir a sacarlo en el fondo del océano a tres mil metros de profundidad, o en climas extremos como el ártico, o en lugares geopolíticamente inestables. Las guerras por el petróleo ya comenzaron hace mucho tiempo, y es inminente el momento en que la oferta ya no pueda satisfacer a la demanda. El llamado punto pico del petróleo es el punto en el que la mitad de las reservas probadas de petróleo ya han sido agotadas, y todos los expertos de las mismas compañías petroleras o independientes, coinciden en que ese punto ya ha sido cruzado o está a punto de suceder. Algunos dicen que fue desde el 2005, otros lo ponen en el 2010 o hasta en el 2015, pero lo que hay que entender aquí es que a la humanidad le llevó 150 años acabar con la mitad de las reservas probadas de petróleo, y no le va a llevar otros 150 años acabar con la segunda mitad. La demanda ahora es mucho mayor, y es posible que en tan solo otros 30 o 40 años hayamos acabado hasta con la última gota de petróleo que sea rentable o posible explotar.
En México el punto pico del petróleo ya pasó, y la producción del complejo Cantarell en la sonda de Campeche, que es el que proporciona el mayor porcentaje de producción nacional, ha disminuido más de un millón de barriles diarios, desde un máximo de 2.2 mbd (millones de barriles diarios) en 2003 a 1.05 mbd en junio de 2008. El consumo diario de petróleo en México es de dos millones de barriles diarios, y el país todavía es capaz de producirlos, pero por un lado la demanda interna sigue aumentando y por el otro las reservas petroleras del país han manifestado una tendencia en constante descenso. Es posible que antes de que termine la década tengamos que importar el crudo, pero en un mundo en el que el crudo va a ser cada vez más escaso va a llegar un momento en que esa opción tampoco va a ser viable.
Y el punto es que no hay ninguna fuente de energía que sea capaz de sustituir al petróleo como motor de nuestra sociedad industrial moderna. Ni la energía hidroeléctrica, ni la energía nuclear, ni las llamadas energías alternativas, ni todas ellas juntas, son capaces de proporcionar más que un pequeño porcentaje de la energía que proporciona el petróleo y los otros combustibles fósiles. De hecho el 90 por ciento de la energía consumida en el mundo proviene de los combustibles fósiles.
Nos hemos acostumbrado a la energía barata y abundante. Todo el progreso económico y tecnológico del último par de siglos está basado en la explotación de un recurso acumulado durante millones de años y guardado en las entrañas de la tierra y que podía haberse utilizado de una manera más racional e inteligente. En lugar de eso nos abalanzamos encima del recurso con avidez y glotonería y lo hemos despilfarrado en una orgía de producción y de consumo en un tiempo extremadamente breve. Las futuras generaciones nos van a reclamar que no les hayamos dejado nada. Fueron los combustibles fósiles los que permitieron el aumento desordenado y exponencial de la población humana, que se multiplicó 10 veces en los últimos 250 años, y a medida que entramos en el crepúsculo de la era de los combustibles fósiles es posible que nos demos cuenta que todo ese progreso económico no ha sido más que un espejismo y que vamos a tener que aprender a vivir de nuevo dentro de los límites que nos marca un mundo finito que va a estar seriamente disminuido y con niveles de población muy por encima de la capacidad portativa del planeta tierra. No hay civilización que pueda sobrevivir al deterioro de la base ecológica sobre la que se sustenta, como lo descubrieron en su momento todas y cada una de las civilizaciones que pasaron por el escenario de la historia y de las que no quedan más que unas cuantas piedras; cuando los recursos que son esenciales para el funcionamiento de una sociedad se utilizan más rápidamente que la capacidad regenerativa del recurso, tarde o temprano la sociedad va a dejar de funcionar.
En nuestro caso el recurso es no renovable. A medida que empiece a escasear el petróleo podemos esperar una creciente disfuncionalidad que se va a manifestar en todos los aspectos de la vida diaria y en todos los niveles de la sociedad. Esa disfuncionalidad ya está presente, y la vemos en el recrudecimiento de las guerras, en los índices de criminalidad y en los niveles de desigualdad social y de represión por parte del estado, pero a medida que escaseen los recursos esa disfuncionalidad se va a hacer cada vez más marcada. Podemos esperar crisis económicas, desempleo, disturbios sociales, un deterioro progresivo de los sistemas de salud, educación, infraestructura y producción de alimentos, y un creciente cuestionamiento de la capacidad que tienen las élites para gobernar. En el ocaso de toda civilización las minorías dominantes tienden a hacerse cada vez más dominantes y a aferrarse a sus privilegios hasta las últimas consecuencias, y podemos suponer que no va a ser una excepción en nuestro caso. Para la gente común y corriente la pérdida progresiva de complejidad de nuestra sociedad se va a traducir en una creciente incapacidad para satisfacer las necesidades más básicas y en un aprender a vivir con menos recursos, opciones y oportunidades.
Este escenario se va a jugar a lo largo de varias décadas; no es que el petróleo vaya a desaparecer de la noche a la mañana. La diferencia en la vida de cada día es imperceptible, pero cuando veamos en perspectiva como vivíamos en el año 2011 y como viviremos en el 2040 se notará la diferencia. Lo más trágico del asunto es que no hay absolutamente la menor planeación a largo plazo y la visión que la gente tiene del futuro por lo general no va más allá del partido de futbol del próximo fin de semana o, en el caso de los políticos, más allá del término de su mandato. Quizás sea demasiado pedir que las personas con poder de decisión tengan la misma visión de los indígenas norteamericanos de la confederación iroquesa, que cuando se reunían en consejo contemplaban las consecuencias de sus decisiones hasta la séptima generación, pero actualmente parece que el único criterio para tomar decisiones sigue siendo el beneficio inmediato. Nuestra sociedad industrial va a seguir adelante hasta el final del camino, y en lugar de contemplar y hacer preparativos para una transición hacia una sociedad con una utilización más racional y moderada de los recursos, le pisa al acelerador y nos quiere llevar al futuro a la mayor brevedad posible.
Pero hablábamos de un dilema, y todo lo que se ha dicho hasta ahora no constituye más que un aspecto del predicamento en el que nos encontramos. El otro aspecto lo constituye por supuesto el impacto ambiental que nuestra civilización industrial ha tenido y tiene sobre el medio ambiente y que se manifiesta en el deterioro progresivo y pérdida del equilibrio homeostático o estado clímax del gran ecosistema llamado biósfera y de todos los ecosistemas que lo conforman. Las consecuencias de este impacto, incluyendo un cambio climático, ya se están viendo y cada vez va a ser menos posible seguirlas ignorando. La dimensión del problema no es difícil de entender, lo más difícil es querer entenderlo.
Durante varios cientos de millones de años la naturaleza se encargó de retirar el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera hasta hacerla respirable, y sólo entonces la vida se trasladó de los océanos a las superficies emergidas. Todo ese carbono quedo atrapado en las entrañas de la tierra y con el tiempo se convirtió en petróleo, carbón y gas natural. Y ahí se quedó mucho tiempo y la tierra se convirtió en un vergel y llegó a un estado clímax de máxima diversidad y de equilibrio dinámico con una amplia capacidad regenerativa, y llegó por fin nuestra especie que se apropió del planeta tierra y de todos sus recursos y encontró su nicho ecológico liberando esas vastas acumulaciones de energía de nuevo al medio ambiente en un período extremadamente breve de tiempo. De acuerdo a la segunda ley de la termodinámica la energía fluye de áreas de gran concentración a áreas de menor concentración, y tarde o temprano la energía que se ha acumulado debe ser liberada. Desde este punto de vista, nuestra especie evolucionó entonces en servicio de la entropía, pero el punto crítico que hay que considerar aquí es que lo que a la naturaleza le llevó cientos de millones de años retirar del medio ambiente el ser humano lo ha devuelto en tan sólo un par de siglos, que no es más que un abrir y cerrar de ojos en escala geológica.
Cuando la primera fábrica a base de carbón se inauguró en algún lado de la campiña inglesa a mediados del siglo 18, al humo que salía de la chimenea no se le concedió la menor importancia. Total, se lo lleva el viento, han de haber pensado los gentlemen ingleses. Pues sí, se lo lleva el viento, pero resulta que no se lo lleva a ningún lado, porque todo se queda aquí, en la tropósfera. En la actualidad ya no es una fábrica, son millones de ellas, y mil millones de vehículos, y cada año se liberan 27 000 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera; si se pudieran congelar, a -80º centígrados, se llenaría un contenedor de uno y medio kilómetros de alto y 20 kilómetros de circunferencia. Hemos quemado la mitad de las reservas probadas de petróleo y con eso ha sido suficiente para alterar el equilibrio de los sistemas de autoregulamiento que permiten que el planeta tierra mantenga las condiciones ideales para el desarrollo de la vida. Al mismo tiempo que se libera esa enorme cantidad de gases a la atmósfera, nuestra civilización industrial arroja 13 millones de toneladas de compuestos químicos tóxicos y 6 millones de toneladas de basura al medio ambiente cada día, y una buena parte de esa basura y compuestos tóxicos terminan en ríos, lagos y mares. Asimismo cada día son destruidas 80,000 hectáreas de selva tropical, casi una hectárea cada segundo, y más de 100 especies vegetales y animales son llevadas a la extinción. El estado clímax en el que alguna vez estuvo la biósfera hace tiempo que se perdió, y estamos viviendo una dramática pérdida de biodiversidad y deterioro en la cantidad y calidad de vida de nuestro planeta. Hemos roto el equilibrio, y sin quererlo estamos conduciendo un incontrolable experimento sobre el sistema de soporte vital de la tierra, y no podemos predecir las consecuencias.
Algunas de estas consecuencias ya se empiezan a notar. Sabemos que si no hay una reducción rápida y drástica en las emisiones de carbono a escala global la temperatura del planeta puede aumentar hasta unos seis grados a fines de siglo, y un aumento de por lo menos dos grados parece ya completamente inevitable incluso si se tomaran medidas inmediatas, que no se están tomando. Pero no es necesario esperarnos a fines de siglo, los efectos ya se están sintiendo. Los casquetes polares ya se están derritiendo, y el mítico paso del norte ya está abierto. Las tormentas tropicales cada vez son más fuertes, y las sequías más pronunciadas. Los refugiados ecológicos ya empezaron y a partir de algún momento se van a convertir en avalancha. Es importante considerar que para el planeta tierra un cambio climático es algo relativamente normal. A lo largo de las eras geológicas la tierra ha pasado por muchas etapas de calentamiento y enfriamiento y una variación de seis o diez grados no es nada que la tierra no pueda llegar a asimilar. Son los efectos sobre la civilización y la población humana los que van a ser devastadores. La tierra es mucho más resiliente que nosotros, y ha estado aquí mucho antes y seguirá estando mucho después de nuestro paso por el mundo. Si la temperatura global aumenta seis o diez grados quizás le tome al planeta tierra unos cien mil años volver a recuperar las temperaturas a las que nosotros estamos acostumbrados; el planeta tierra tiene el tiempo y la paciencia necesarios para esperar. Somos nosotros los que tenemos que decidir si queremos vivir en un mundo así.
Nos hemos colocado entonces entre la espada y la pared. Por un lado estamos completamente dependientes del petróleo, nos hemos acostumbrado a niveles de consumo de recursos y de energía insostenibles, nuestro sistema económico tiene una inercia impresionante y va a ser prácticamente imposible detenerlo, no hay la menor voluntad política para tomar medidas que sean significativas o que puedan hacer una diferencia real, los intereses creados están demasiado atrincherados y se van a defender hasta las últimas consecuencias, los niveles de población siguen aumentando y la mayor parte de la gente vive en una feliz y despreocupada ignorancia y en una completa apatía y desinterés por este tipo de cuestiones. Y por el otro lado es nuestro mundo el que está en la balanza. El mundo en el que estamos acostumbrados a vivir. El mundo que le vamos a dejar a las generaciones futuras, que nos van a reclamar no ya que no les hayamos dejado petróleo, sino que lo hayamos quemado todo y que les hayamos dejado un planeta tan seriamente disminuido y donde la única opción va a ser tratar de sobrevivir en las nuevas circunstancias.
Pero un dilema es un dilema únicamente hasta el punto en que todavía se puede hacer algo al respecto. Y si no se hace nada al respecto llega un momento en que uno es rebasado por los eventos. Es probable que eso sea lo que nos suceda. Vamos a seguir quemando el petróleo hasta la última gota. La ventana de oportunidad que todavía tenemos para reducir las emisiones de carbono la vamos a dejar pasar y vamos a seguir con el pie en el acelerador creyendo en el mito del progreso y del crecimiento indefinido en un mundo finito hasta que nos topemos con los límites y terminemos por llegar adonde vamos. La verdadera sustentabilidad no puede estar basada en el crecimiento. Como dijo Gandhi, la verdadera civilización no consiste en el aumento artificial de las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente.
La única alternativa es educar y concientizar a la gente. Sólo si un número crítico de personas están dispuestas a hacer cambios en sus estilos de vida y a participar activamente en campañas para tratar de frenar los peores excesos de nuestra civilización industrial quizás se llegue todavía a hacer alguna diferencia, por lo menos para suavizar un poco el inevitable encontronazo con la realidad que nos espera a lo largo del camino. Los cambios los vamos a tener que hacer de todas maneras pero es mejor hacerlos paulatina y voluntariamente, con preparación, a que nos sean impuestos por las circunstancias, y ya hemos dejado pasar demasiado tiempo.
Nadie nos va a venir a sacar del predicamento en el que nos encontramos. A estas alturas el énfasis debe de ser en tratar de conservar lo que todavía se tiene, lo que queda del mundo natural, contra todo intento de seguirlo explotando. El mundo natural no nos pertenece y sólo si aprendemos a vivir en armonía con ese mundo habrá un lugar para nosotros en el futuro que se nos viene.
______________________________